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Arranca el juicio a los jefes del Jemer Rojo por el Holocausto de Camboya

EFE

Los cuatro dirigentes del Jemer Rojo acusados de la aniquilación de unas 2 millones de personas en Camboya comenzaron hoy a ser juzgados por el tribunal de la ONU más de tres décadas después de que su brutal régimen fuera derrocado.

El momento más esperado del proceso que arrancó hace cinco años auspiciado por Naciones Unidas con la finalidad de rendir justicia a las víctimas se cumplió cuando se pudo ver a los imputados en el banquillo a los acusados, aunque no todos se quedarían hasta el final de la sesión.

Khieu Samphan, el jefe de Estado del Jemer Rojo, se encontraba sentado el primero, a su lado Ieng Thirith, la ministra de Asuntos Sociales, al lado de esta su marido, Ieng Sary, viceprimer ministro y titular de Exteriores del régimen, y cerraba por la izquierda Nuon Chea, el número dos e ideólogo de la organización que comandó Pol Pot.

Ninguno de ellos es joven y puede que no vivan para ver el final del juicio si el proceso se alarga demasiado.

El mayor, Ieng Sary, cumplirá 86 años en octubre y los menores, Ieng Thirith y Khieu Samphan, tienen 79.

Están imputados de genocidio, crímenes contra la humanidad y de guerra, asesinato, tortura y persecución por razones religiosas y de raza.

Nuon Chea, de 84 años, que llevaba un gorro azul y blanco y unas gafas de sol, fue el primero en abandonar la sala para mostrar su disconformidad con todo el proceso.

"No estoy contento con esta audiencia", anunció escuetamente el "Hermano Número Dos" del Jemer Rojo.

Uno de sus abogados, el holandés Michiel Pestman, sostuvo durante la vista que "la investigación judicial ha sido tan injusta que el caso contra Nuon Chea debe detenerse", y acusó al Gobierno camboyano de "obstruir" las pesquisas al impedir entrevistas a testigos clave.

La defensa de Ieng Sary también se mostró molesta y alegó que la instrucción realizada es "incorrecta" porque supone una "vulneración" de su derecho a no ser encausado dos veces por el mismo crimen.

Ieng Sary, que se retiró de la sala con su esposa por problemas de salud, fue condenado a muerte en rebeldía por genocidio en 1979 y más tarde perdonado en 1996 por una amnistía real.

El estadounidense Michael Karnavas, uno de los juristas que le defiende, afirmó que el tribunal "tiene que ser un ejemplo para las otras jurisdicciones de Camboya y debe por tanto respetar el derecho y el principio de legalidad".

Karnavas argumentó que el juicio de 1979 debe ser considerado "adecuado y definitivo" porque si su cliente hubiera sido capturado entonces "habría sido ejecutado".

El fiscal Andrew Cayley desestimó esta interpretación por "incorrecta" porque, en su opinión, el proceso de 1979 no fue ni "justo" ni "independiente", lo que autorizaría la celebración de un nuevo proceso.

"Es evidente que el primer juicio no tenía los requerimientos legales mínimos, porque no hubo investigación y miembros del Gobierno fueron jueces", explicó a Efe Anne Heindel, jurista del Centro de Documentación de Camboya.

Cerca de medio millar de personas, la mayoría de ellas víctimas de torturas del Jemer Rojo o familiares de aquellos que perecieron, acudieron a la sala de vistas divida en dos espacios por una mampara de cristal: una para el público y otra reservada a los acusados, guardias de seguridad, abogados, jueces y funcionarios del tribunal.

Algunas víctimas se mostraron poco optimistas con el resultado de este juicio, el segundo desde que el tribunal abriera sus puertas en 2006.

El primero condenó a 35 años de prisión a Kaing Guek Eav, alias "Duch", director del principal centro de torturas durante el régimen del Jemer Rojo, Tuol Slong o S-21.

"Espero que obtengamos más justicia, porque el primer caso fue decepcionante. Así no van a conseguir ninguna reconciliación en Camboya", manifestó Chum Mey, superviviente de S-21.

La audiencia inicial que comenzó hoy durará cuatro días y dirimirá cuestiones legales.

Se espera que los testimonios de los testigos y la presentación de pruebas comiencen en septiembre.

Mientras los dirigentes del Jemer Rojo son juzgados, otros muchos miles de antiguos miembros viven en libertad mezclados con las víctimas del brutal régimen, que duró desde abril de 1975 a enero de 1979.

El máximo dirigente del Jemer Rojo, Pol Pot, murió en 1998.

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