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El asesino confeso de dos gays reitera la defensa propia

La Audiencia de Pontevedra repite el juicio por el doble crimen homófobo

LORENA SEIJO

La Audiencia Provincial de Pontevedra celebró ayer el juicio contra Jacobo Piñeiro, el autor confeso de la muerte de dos homosexuales en Vigo en julio de 2006 y que el año pasado fue absuelto del doble crimen por un jurado popular, tras alegar que había actuado en legítima defensa. El Tribunal Superior de Justicia de Galicia anuló esta sentencia y ordenó repetir el juicio. Tanto el fiscal como la acusación particular piden para el acusado una pena de 60 años de cárcel.

Ayer, ante el tribunal, Jacobo Piñeiro realizó una declaración errática y confusa en la que no fue capaz de hacer un relato coherente de lo sucedido la noche del crimen. Aquella madrugada, Piñeiro asestó 22 puñaladas a una de las víctimas, Julio Anderson Luciano, y 35 a Isaac Pérez Triviño.

Tras matar a los dos hombres, y según relató ayer el fiscal, metió las pruebas 'en una maleta, se duchó y quitó las manchas de sangre'. Después amontonó la ropa y las sábanas sobre las víctimas, las roció con alcohol y prendió fuego. Antes de abandonar la vivienda, 'abrió la llave del gas de la cocina' y cerró la puerta del piso para que 'saltase todo por los aires'.

En su declaración, Piñeiro se confundió en las horas, los lugares e incluso en las personas que vio ese día. Insistió en que no mantuvo relaciones sexuales con las víctimas, como pretendió establecer la acusación, y resaltó que consumió grandes cantidades de cocaína y alcohol.

El acusado reiteró que el desencadenante del crimen fue el intento de violación. 'Julio vino desnudo a la habitación a pedirme que hiciéramos un trío. Yo le dije que lo iba a tirar por la ventana. Entonces volvió con un cuchillo y sólo me defendí', explicó.

Su abogado defensor, Gerardo Acosta, mantuvo su alegato de inocencia. Argumentó que su cliente actuó en legítima defensa 'por el miedo insuperable de ser asesinado y violado', y sostuvo que actuó bajo los efectos del alcohol y las drogas, por lo que no era plenamente consciente de sus actos.

La elección de los nueve miembros y los dos suplentes del jurado popular se alargó toda la mañana. Los letrados explicaron que el proceso se prolongó porque hubo muchas recusaciones, ya que algunos mostraron una clara predisposición hacia una u otra de las partes implicadas.

Antes, Jacobo Piñeiro no se arriesgó a tropezarse en los pasillos de los juzgados ni con la familia de las víctimas ni con los periodistas. Por eso llegó a las siete de la mañana y entró por la puerta trasera del edificio. En las puertas de la Audiencia Provincial, la madre de una de las víctimas, Marta Pérez, exigió que el doble crimen no quede impune. 'Sólo pido que, esta vez, la Justicia sea justa de verdad y que el jurado entienda que mi hijo y su compañero fueron asesinados a sangre fría', clamó Pérez, que está en tratamiento psiquiátrico tras un intento de suicidio.

La asociación de gays y lesbianas Colega está apoyando a la familia de las dos víctimas tanto jurídica como emocionalmente. El presidente de Colegas-Galicia, Rafael Moral, insistió ayer en que estos casos demuestran que queda mucho trabajo por hacer, ya que la población no está tan sensibilizada en determinadas cuestiones. Moral también llamó la atención sobre el hecho de que optar por jurados populares en casos tan sensibles no es la mejor opción.

El juicio concluirá el próximo miércoles, cuando quedará visto para sentencia.

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