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Los atentados pasan factura al Gobierno indio

Dimite el ministro del Interior ante la creciente indignación de los ciudadanos por la falta de previsión contra ataques terroristas. El Ejecutivo eleva la seguridad a 'nivel de guerra'

ELISA RECHE

El Gobierno indio por fin ha entendido que debía reaccionar ante los ataques terroristas sufridos durante tres días en Bombay, que han costado la vida a casi 200 personas. Ante una ola de protestas en la calle y las críticas en los medios de comunicación, el primer ministro indio Manmohan Singh anunció ayer las primeras consecuencias.

El Gobierno establecerá una Agencia Federal de Investigación, reforzar la seguridad marítima y creará otras cuatro sedes para la Guardia Nacional de Seguridad en el país. De momento, India ha elevado la alerta nacional a 'nivel de guerra'.

'Compartimos el dolor de la gente y su sentimiento de enfado', dijo Singh. 'Ya hemos aprobado varias medidas, pero aún queda mucho que hacer y tomaremos todas las medidas necesarias', añadió.

Singh también hizo hincapié en la unidad nacional. 'Tenemos que trabajar juntos por el interés de la nación en este momento crítico', afirmó.

La masacre de Bombay se ha cobrado sus primeras víctimas políticas. Por ahora, la primera le corresponde al ministro del Interior, Shivraj Patil, fuertemente criticado en ocasiones anteriores tras los seis ataques terroristas sufridos en India durante los últimos seis meses. El terror en Bombay ha sido demasiado para una clase política que no suele estar dispuesta a reconocer fracasos.

El ministro indio de Finanzas, P. Chidambaram, asumirá de ahora en adelante la máxima responsabilidad de la seguridad en India y el primer ministro Singh, a su vez, se hará cargo también de la cartera de Finanzas.

Mientras, en los medios de comunicación abundaban ayer las críticas contra la actuación del Gobierno por la vulnerabilidad de la India frente al terrorismo y la usual pasividad de la clase política. Los diarios coincidían en denunciar la carencia de un cuerpo nacional para los servicios de inteligencia, la escasa protección de las costas del país y el retraso con el que la Guardia Nacional de Seguridad, también conocida como los gatos negros, había llegado al asedio de Bombay desde su único cuartel en Nueva Delhi.

Ante la cercanía de las elecciones nacionales para mayo y la magnitud del ataque ocurrido en Bombay, al Gobierno indio no le ha quedado más remedio que reaccionar ante unas críticas reiteradas en muchas ocasiones anteriores.

Cientos de ciudadanos de Bombay, conocidos por su rápida capacidad de recuperación ante las desgracias, salieron a la calle el fin de semana en protesta por los fallos del Gobierno. Los manifestantes denunciaron que el Gobierno debía de haber estado más preparado ante los ataques y que había hecho oídos sordos ante las advertencias realizadas por los servicios de inteligencia de un atentado en la capital financiera india.

'Ha llegado el momento de que el Gobierno reaccione. Nuestro problema son los partidos políticos, que piensan más en ellos mismos que en el país. Hace falta un cierto nivel de paranoia como sucedió en Estados Unidos tras el 11-S para mantener el sistema de seguridad', señaló Rahul Handa, un actor de 27 años, que llevaba algunas flores al hotel Taj en homenaje a los fallecidos. 'La vida tiene un coste ridículo en la India', continuó este joven de Bombay.

El Gobierno de Nueva Delhi aumenta definitivamente su 'paranoia' al elevar su seguridad a 'nivel de guerra'. Según el Instituto de Gestión de Conflictos de Nueva Delhi India es el cuarto país con más muertos por actos de terrorismo y violencia después de Irak, Afganistán y Pakistán. Los dos primeros son países en guerra y el tercero se aproxima bastante a un estado fallido.

Tensiones con Pakistán

A pesar de que Islamabad no acepta ninguna implicación en los atentados, funcionarios indios han señalado con rotundidad que los diez terroristas que llevaron a cabo la masacre en Bombay procedían de Pakistán. Las propias autoridades se preguntaban cómo tan sólo diez atacantes podían haber sido capaces de tanta destrucción durante tres días en Bombay.

Pakistán, por su parte, se ha comprometido a actuar con contundencia si se encontraban pruebas de la conexión de los terroristas con el país, aunque al mismo tiempo advirtió de que podría desplazar las tropas a la frontera rápidamente si las relaciones con India se deterioraban.

Los dos españoles heridos en la masacre terrorista de Bombay partieron ayer en un avión ambulancia rumbo a Londres, informó una fuente consular. El matrimonio formado por Rafael Beaus y María Rosa Romero salió en un avión sueco junto a dos británicos.

Tras su llegada a Londers, prevista para la mañana de hoy, lunes, viajarán a Barcelona en un vuelo pagado por su compañía de seguros. Romero sufrió heridas en distintas partes del cuerpo por esquirlas de granada, mientras que su marido tiene el fémur roto, aunque ambos tienen un pronóstico leve.

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