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Atrapando la niebla

La captura de agua de la bruma se aplica en la Comunidad Valenciana y en Canarias y se debate su utilización como método contra la sequía

JUAN MANUEL DAGANZO

Parece difícil imaginar cómo podría sobrevivir un insecto en mitad de un desierto donde no llueve nunca, pero hay bichos que son capaces de hacerlo. Y todo gracias a la niebla. El ejemplo más claro se encuentra en el desierto de Namib, en Namibia, donde un escarabajo recoge agua condensada de la niebla que cubre el desierto más de 200 días al año y después se la bebe y resiste así largos períodos.

Las plantas utilizan una técnica similar, por lo que existen múltiples selvas en el mundo que sobreviven sin apenas lluvias. O árboles como el garoé, que abastecía de agua a los bimbaches, antiguos habitantes de la isla del Hierro. Ahora, científicos de todo el mundo imitan estas capacidades de la Naturaleza para conseguir agua y se debate el uso de la técnica para acabar con el problema de la falta de agua para el consumo humano.

La idea de atrapar el agua de la niebla se le ocurrió hace 30 años al meteorólogo canadiense Robert Schemenauer al observar que había mucha vegetación en zonas en las que no llovía pero con grandes bancos de niebla. Diseñó unas mallas de hilo capaces de recoger este agua y abastecer a poblaciones enteras.

En la actualidad, hay pueblos en el altiplano suramericano cuyo único aporte de agua procede de la recogida de la niebla gracias a estas mallas hechas con hilos de polipropileno muy similar al nailon que se colocan entre sí a una distancia de entre 35 y 45 milímetros la óptima para que la nube deje agua al impactar contra la malla. Las redes están sujetas a un marco metálico hueco por el que se desplaza el agua.

Millán Muñoz es director del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), un organismo que diseña proyectos relacionados con los logros de Schemenauer. Millán trabajó con el canadiense durante décadas e importó la inquietud del meteorólogo a la Comunidad Valenciana. 'La cuenca mediterránea ha sufrido un gran cambio en su estructura climática en los últimos 30 años, porque se han perdido las tormentas de verano, que han sido sustituidas por la formación de bancos de niebla', revela Millán.

Los dos proyectos del CEAM, uno de ellos finalizado y otro en vigor hasta 2011, se centran en conseguir agua de niebla para llenar las cubas de las que se nutren los helicópteros antiincendios. Millán afirma que se han llegado a conseguir 700 litros por metro cuadrado y año, lo que supone una cantidad mayor que las precipitaciones anuales de la zona. 'Se captura más agua de la que se pensaba, por lo que parte de ésta se utiliza para, con un sistema de goteo, reforestar casi todos los picos de montaña de la Comunidad Valenciana'.

Canarias es otro lugar pionero en España en esta técnica. Comenzó a utilizarse en el Parque Rural de Teno (Tenerife), donde el agua no sólo se usa para dar de beber a los animales del parque o a las aves migratorias que llegan a él, sino que ha servido para la reforestación de los bosques de laurisilva y monteverde para introducir especies endémicas de las islas.

En Tenerife, la laurisilva la vegetación bajo los bancos de niebla recibe el impacto de los vientos alisios a 2.000 metros de altura y el agua que recoge nutre el acuífero de Tenerife. La catedrática de Geografía Física de la Universidad de La Laguna María Victoria Marzol recibió en 2004 el premio Agustín de Bethencourt por instalar precisamente en Tenerife un sistema artificial pionero en la captación de agua del mar de nubes de Canarias. La experta afirma que, con este procedimiento, se ha conseguido obtener hasta siete litros de agua al día, sobre todo en verano: 'En el archipiélago se obtiene tres veces más agua de la niebla que de la lluvia. De hecho, a lo largo del año caen menos de 500 litros por metro cuadrado, mientras que con la niebla se logran 2.600 litros'.

En Canarias también existen proyectos de investigación como el de Anaga, donde se han instalado dos pantallas de 12 metros cuadrados que captan 7,5 litros por metros cuadrado al día, es decir, unos 90 litros de agua al día.

¿Podría ser éste entonces un recurso viable en España? La profesora del Departamento de Geografía de la Universidad de Valencia María José Estrela admite que 'es un recurso potencialmente interesante y se podría evaluar', porque los resultados son excelentes y la instalación no es cara. Por su parte, Marzol dice que es 'impensable' que el agua captada del mar de nubes pueda solucionar los problemas de agua. 'Es inviable captar tanta agua como para abastecer a una sociedad como la nuestra que consume en torno a 200 o 250 litros de agua al día'.

El pasado 24 de octubre, los chilenos Alberto Fernández y Susana Ortega consiguieron el primer premio Next Generation –para la construcción sostenible– otorgado por la compañía Holcim a su diseño de una torre recolectora de agua de niebla para la región de Huasco, al oeste del desierto de Atacama.

Se trata de una zona agrícola del norte de Chile que depende del agua del río Huasca para irrigar las tierras de cultivo. Sin embargo, la decaída del nivel del agua en la última década hace imposible su irrigación a medio plazo. De ahí, lo necesario de desarrollar una estrategia que garantice el necesario suministro acuático. 

El proyecto premiado pretende aprovechar un fenómeno climatológico denominado camanchaca, una niebla muy espesa que se forma cerca de la costa, desde Perú hasta el norte de Chile.

La estrategia consiste en la construcción de torres de 200 metros de altura cubiertas de plástico de alta densidad que capturaría las gotas de agua y las trasladaría a la base de madera donde se eliminaría la sal con un proceso de ósmosis inversa. Así se capturarían hasta 50.000 litros de agua al día.

El jurado subrayó que la tecnología usada por los arquitectos era de muy bajo coste, por lo que se consideraba óptima para la economía de la zona. También destacó su viabilidad.

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