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Las aves de Chernóbil se han adaptado a la radiación

EUROPA PRESS

Las aves en la zona de exclusión alrededor de Chernóbil se están adaptando a la exposición a largo plazo a la radiación, según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), publicado en la revista 'Functional Ecology' de la Sociedad Ecológica Británica.

Según han apuntado los autores, es la primera evidencia de que los animales salvajes se adaptan a la radiación ionizante, y el primero en demostrar que las aves que producen más feomelanina, un pigmento en las plumas, tienen mayores problemas para hacer frente a la exposición de radiación.

Según el responsable del estudio, Ismael Galván, 'los estudios previos de la vida silvestre en Chernóbil pusieron de manifiesto que la exposición crónica a la radiación agota los antioxidantes y aumenta el daño oxidativo. Sin embargo en este trabajo se ha detectado lo contrario: que los niveles de antioxidantes aumentaron y el estrés oxidativo disminuyó con el aumento de la radiación de fondo'.

Este equipo lleva trabajando en este área desde 1990. Entonces, utilizaron redes de niebla con las que capturaron 152 aves de 16 especies diferentes en ocho zonas dentro y cerca de la zona de exclusión de Chernóbil, en donde se midieron los niveles de radiación de fondo. Además, se registraron los niveles de glutatión (un antioxidante clave) de las aves, su estrés oxidativo y los daños del ADN en muestras de sangre, así como los niveles de pigmentos de melanina en muestras de pluma. Concretamente, se centraron en la feomelanina (la que se encuentra en la piel y el cabello) que, al utilizar antioxidantes, podría generar una mayor susceptibilidad a la radiación a los animales que la producen en abundancia.

El logro de este trabajo llega con el nuevo enfoque que se le ha dado al análisis de resultados. El método utilizado por los expertos toma en cuenta la diferencia con la que las especies se relacionan entre sí. Esto es importante debido a que algunas especies son más susceptibles a la radiación que otras.

Así, los científicos analizaron a las aves como seres individuales, no como especies, una manera mucho más 'sensible' a la hora de recoger las respuestas bioquímicas de la radiación, según ha explicado el autor principal.

Los resultados revelaron que, con el aumento de la radiación de fondo, los niveles de glutatión de las aves aumentaron y el estrés oxidativo y los daños del ADN disminuyeron. También mostraron que las aves que producen grandes cantidades de feomelanina pagan un coste en términos de más pobre condición corporal.

'La exposición crónica a bajas dosis de radiación en Chernóbil favorece la adaptación al estrés oxidativo', ha indicado Galván, quien ha detallado que los niveles de radiación en el área de estudio que ha utilizado el CSIC para este trabajo ha variado desde los 0,02 hasta los 92,90 micro Sievert por hora.

Del mismo modo, ha apuntado que 'los hallazgos son importantes porque ayudan a conocer más sobre la capacidad de las diferentes especies a adaptarse a los desafíos medioambientales como el de Chernóbil o Fukushima'.

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