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Bahamontes, historia viva del Tour tras 50 años y con la misma táctica, atacar

EFE

'Atacar', la palabra clave se repite hasta tres veces en la 'La Sombra del Águila', libro en el que Federico Martín Bahamontes narra en primera persona su triunfo, histórico, por ser el primero español, en el Tour de Francia. El próximo día 18 se cumplirán cincuenta años de la gesta, acabar vestido de amarillo en los Campos Eliseos, para solaz de toda España, y Toledo.

Bahamontes, en entrevista concedida a EFE, a punto de sellar las bodas de oro de su victoria en la ronda gala, sólo recuerda "cosas muy buenas" que compara con aquel torero que "aspira a torear en Las Ventas de Madrid o la Monumental de Sevilla".

Opina que no hay consagración "mientras no llegas a correr el Tour, y encima ganarlo" y asume que la victoria cambió "total" su vida: "es como la que se casa con un millonario o con un pobre".

Le queda el recuerdo de entrar en el Parque de los Príncipes "que no es igual que llegar a los Campos Eliseos", por la cercanía del público, "y vives otro ambiente, escuchas las voces de los tuyos, admiradores. No lo puedo olvidar y más recordando que todos aquellos que corrían conmigo no están ya, quedamos escasitos de esa época".

'Fede' acumula historias a raíz de hacer la primera muesca de triunfos individuales patrios en el Tour: "Para mi es un orgullo que me quieran en Francia, Italia y, también, en España", asume.

"Me siento querido en mi tierra", y se remite a "pruebas" reales, como correr "el riesgo de torear por los toledanos" y relata como "Galiana tenía que torear, se vendó el brazo y el gobernador le dijo que se quitara la venda, que estaba en un cartel para beneficio del pueblo. Le contestó que estaba accidentado, con la muñeca abierta, y entonces le dije que si era verdad ¡ahí estoy yo!".

Sincero, hasta apuntar que "no me van a echar más de menos que cuando la hinque, o la diñe", el octogenario toledano sí lamenta, sin embargo, que su Museo de la Bicicleta esté en la localidad de Seseña la Nueva y no en Toledo: "cuando pasan los años se están dando cuenta que aquí es donde tenía que estar. Falta que venga a Toledo y algo está fallando, ¿quién? Yo no soy".

"Yo no soy el indicado para decirlo", escurre el bulto cuando se le insiste si no le tratan como debería y agranda su fina ironía: "Francia estudia el día de mi cumpleaños. No nos tragan, pero a mi me quieren porque he luchado contra sus grandes campeones".

"La televisión que ha venido de París me sigue defendiendo. El tener que luchar contra todos, lo que me habían hecho y enseñarles los dientes, y todas las victorias..." y, aviso para navegantes, "tengo una estatua en Toulouse, Bayona y en España no tengo nada".

Empeñado y trabajando sin desmayo en la Vuelta a Toledo, que este año cumplirá su cuadragésimo cuarta edición, atendiendo solicitudes, paseando su nombre y, por ende, su ascendencia por toda España, Bahamontes reconoce, sin pudor ni falsa humildad, haber "sido un ejemplo a seguir" para muchos chavales.

No obstante, sí pone en solfa el puesto actual en un hipotético ránking nacional: "si todos los ciclistas hubieran hecho lo que yo, solo el 50 por ciento, este deporte estaría en otro lugar. Hemos perdido el segundo puesto y estamos séptimos o por ahí", lamenta.

"Fútbol, baloncesto, motos, coches, tenis, me voy al seis o el siete con el ciclismo ¿Crees que merecemos esto?", se interroga un tanto incrédulo, y reparte culpas a periodistas y profesionales "que dicen que lo son, y no les llevo la contraria", pero hila que "es el deporte que más medallas ha traído este año a España".

"Olimpiada, mundial, Giro, Tour y, luego resulta que somos los criticados", y da otro giro de tuerca, "o la Federación no funciona o esta por mal camino o es que somos los pobrecitos del deporte".

No olvida que los propios corredores "tienen parte de culpa en no defenderse por si solos" y es tajante cuando dice que "antes éramos mas hombres, no más héroes" y evoca su mocedad: "echando espuertas de piedra ganaba siete pesetas y un par de zapatillas valían lo mismo. Ese día se iba el sueldo. Mi madre las compraba a la Julia la Trapera y las hacía mi madre".

Admirador de Fausto Coppi, "mí ídolo, y ahora de Contador", consciente que después de él "Charlie Gaul era el mejor escalador", Bahamontes cumple aniversario el día 18: "inolvidable, pero estaba muerto de cansancio" ¿De tanto atacar?.

Juan Eloy García Orozco

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