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La bajada del crudo no llega al surtidor

Desde los máximos de hace tres semanas, los precios de la gasolina y el gasóleo han caído un 5%, cuatro veces menos que los del petróleo

A. M. VÉLEZ/P. GONZÁLEZ

El crudo sigue caro, pero menos que hace tres semanas, cuando el barril de Brent (de referencia en Europa) batió su máximo histórico al cerrar a 144,26 dólares. Desde entonces, el oro negro, azote de la inflación y señalado como culpable de buena parte de la crisis económica, se ha depreciado cerca de un 20%, hasta mínimos de hace tres meses. Ayer, su precio volvió a caer, tras el inesperado aumento de las reservas en Estados Unidos y la percepción de que la demanda mundial va a ralentizarse por la crisis.

Pero ese brusco descenso, que llega tras un primer semestre de subidas sin precedentes, no se está trasladando de forma proporcional a los carburantes. Desde sus máximos del pasado 14 de julio, el precio del diésel y la gasolina ha bajado sólo un 5%, según informó ayer la Comisión Europea.

Los récords de carburantes y petróleo se registraron, de forma casi simultánea, a mediados de julio, en pleno inicio de la campaña veraniega, cuando la demanda suele subir.

Las petroleras (muy reacias a hablar de cómo forman sus precios) suelen decir que hay un lapso de entre uno y dos meses para que el precio del barril se traslade al surtidor.

La bajada del combustible tampoco se corresponde con la cotización internacional de gasolinas y gasóleos, mucho más indicativa de los precios finales que paga el consumidor y que se traslada de forma más rápida.

La cotización del gasoil en los mercados de Amsterdam y Rotterdam (de referencia para Europa) ha caído un 19% desde sus máximos (también de mediados de julio). En el caso de la gasolina, la bajada ha sido del 16%.

La materia prima supone el 39% del precio final de la gasolina, porcentaje que en el caso del gasoil se eleva hasta el 48%. Los impuestos representan el 49% y el 41%, respectivamente, según la Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP).

'Las petroleras juegan con sus stocks para tratar de maximizar sus márgenes', dice un experto del sector que pide el anonimato, para explicar por qué los precios finales bajan menos que los de la materia prima.

Los precios del carburante en España son inferiores a los de la media de la UE y son inferiores a los de países con renta similar, como Italia. Ocurre tanto con la gasolina (un 16% más barata en España que en la UE), como en el del gasóleo (10%), que utiliza un 80% del parque de vehículos español y que desde el pasado marzo, es el carburante más caro.

Sin embargo, si se excluyen los impuestos, la diferencia es mínima y, en el caso del gasoil, se anula (es más caro), lo que indica que los márgenes de las petroleras en España son mayores.

Un reciente informe de la Comisión Nacional de la Energía expresa 'la conveniencia de intensificar la supervisión del mercado de distribución de carburantes y de proponer, en su caso, medidas que fomenten un mayor grado de competencia en el mismo'.

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