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La banca española pedirá otros 22.000 millones al BCE en la nueva inyección de liquidez

AGENCIAS

La banca española solicitará cerca de 22.000 millones de euros en la segunda ronda de financiación ultrabarata a cuatro años que el Banco Central Europeo (BCE) realiza este jueves y que la institución ha puesto en marcha en un intento de reactivar la economía de la eurozona, dijeron el martes fuentes financieras. De cumplirse las proyecciones, el montante de liquidez solicitada por los bancos españoles incluyendo las adjudicaciones de la subasta del pasado 18 de septiembre, superaría los 36.000 millones de euros.

El dinero ofrecido en estas subastas extraordinarias destinadas a relanzar el crédito, tiene un coste del 0,15% (0,05% más un margen del 0,10%).

En septiembre, el BCE adjudicó 82.600 millones de euros a la banca en la eurozona. Un sondeo realizado por Reuters el lunes mostró que los bancos europeos sólo pedirán 130.000 millones de euros en diciembre. En todo caso, los más de 210.000 millones de euros de las dos rondas estarían lejos de los 400.000 millones que había previsto el BCE para estas inyecciones de liquidez destinadas a relanzar el crédito.

El objetivo del BCE con las nuevas líneas de liquidez es reactivar el crédito a empresas no financieras, especialmente en los países de la periferia de la eurozona, especialmente castigados por la crisis económico-financiera. Aunque en el caso de España, el nuevo crédito a pequeñas y medianas empresas y a hogares empieza ya a repuntar, los saldos todavía arrojan descensos interanuales en octubre del 4% en el crédito a la vivienda para los hogares y caídas del 7,35 por ciento para en los préstamos a las pymes.

Los siete principales bancos españoles, que solicitaron algo más de 14.700 millones de euros en la primera ronda, agostarán su capacidad y solicitarán cerca de 22.000 millones de euros, explicaron las fuentes bancarias. Santander, que en septiembre pidió 3.600 millones, agotará este jueves su capacidad máxima de 9.000 millones de euros, mientras que BBVA, que podía solicitar 5.600 millones entre las dos rondas, tiene previsto pedir en torno a unos 3.000 millones de euros, según estas fuentes. Caixabank también solicitaría lo que le resta del tope de 6.600 millones de euros que le corresponden tras pedir 3.000 millones en septiembre. Banco Popular solicitaría una cantidad similar a los 2.850 millones de euros de hace casi tres meses, según otra fuente.

Mientras, Banco Sabadell y Bankinter, que no habían acudido a la ronda previa, solicitarán 5.500 millones de euros y 1.500 millones de euros, respectivamente. Entretanto, Bankia ya había agotado en septiembre los 2.700 millones de euros que le correspondían en función de su cartera crediticia.

La banca española deberá aportar 5.300 millones de euros (algo menos del 10% del total) al nuevo fondo europeo de 55.000 millones para reestructurar y liquidar entidades con problemas, según las reglas para calcular la contribución de cada banco aprobadas este martes por el Ecofin. 'El fondo de resolución, una vez que esté completamente dotado, tendrá un importe de 55.000 millones de euros y la cantidad que según nuestros cálculos correspondería a España es de 5.300 millones', ha explicado Guindos en rueda de prensa al término de la reunión del Ecofin. El objetivo de este nuevo fondo de resolución, segundo pilar de la unión bancaria, es que sean los propios bancos y no los contribuyentes los que paguen la factura de futuras crisis. El fondo se constituirá en un plazo de 8 años, a partir de 2016, con una mutualización progresiva de las aportaciones de los Estados miembros, empezando por el 40% el primer año.

Según las nuevas reglas, la contribución anual de cada banco a este fondo de liquidación se calculará en función de dos criterios. La parte fija se basará en los pasivos de la entidad (excluyendo los fondos propios y los depósitos garantizados), lo que significa que cuanto más grande sea una entidad más tendrá que pagar. Esta parte fija se ajustará en función del perfil de riesgo de cada banco con un factor de entre el 0,8 y el 1,5, lo que significa que los bancos con menos riesgo sólo pagarán el 80% de su contribución base, mientras que los que asumen más podrían llegar al 150%. Este método de cálculo beneficia en particular al sector bancario alemán y al español, mientras que el francés y el holandés se encuentran entre los más perjudicados, según han explicado fuentes comunitarias.

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