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Bankia oferta casi el 50% de su capital para lograr salir a Bolsa

Aplicará un descuento de entre el 49% y el 54% de su valor en libros para hacer atractivas las acciones

V. ZAFRA / M. ALBA

La intención inicial de Bankia era colocar en torno al 30% del capital entre inversores para empezar a cotizar en Bolsa. No podrá ser. Los mercados están lo suficientemente revueltos y la imagen de España y de las cajas lo suficientemente tocada como para que el banco que preside Rodrigo Rato tenga que ofrecer un elevadísimo descuento por sus acciones para conseguir todos los fondos que necesita. Y a más bajo precio por título, más títulos hay que vender para conseguir el mismo dinero.

La ecuación ha provocado que Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz del grupo, vaya a tener que desprenderse de hasta un 49,97% del capital de su filial Bankia si quiere conseguir los hasta 4.580 millones que se ha marcado como techo en esta operación (en caso de que los bancos colocadores compren acciones).

Las cajas intentarán por todos los medios no perder la mayoría del capital del banco

La operación se ejecutará mediante una ampliación de capital de entre 3.636 y 4.164 millones (hasta 4.580 millones con la opción de los grandes bancos o green shoe), que elevarán el valor total de la entidad en libros a un máximo de 17.572 millones. Pero no se venderá la entidad a ese precio, ni mucho menos. Para poder colocarlo, se ha fijado un descuento sobre el valor en libros de entre el 49% y el 54%, que supone que cuando salga a cotizar el próximo 20 de julio, la capitalización del grupo oscilará entre 7.641 millones y 8.749 millones. Y eso siempre que el precio definitivo no tenga que fijarse en un rango inferior al marcado ayer en el folleto informativo aprobado por la CNMV, que sólo es orientativo. El precio final depende de las ofertas que realicen los inversores institucionales, que siempre suelen ser a la baja porque saben que tienen la sartén por el mango.

En todo caso, Bankia no está hoy por hoy por la labor de rebajar ese precio, ya que eso implicaría que BFA perdería la mayoría del capital de Bankia. Y aunque con menos de un 50% del capital se puede seguir controlando una empresa (la mayoría de los grandes bancos están controlados por un grupo de accionistas con un reducido porcentaje del capital), las cajas propietarias no quieren eso porque la ley no está clara y esa circunstancia les podría obligar a convertirse en fundaciones. En principio no debería ser así, porque esa obligación se haría efectiva para el caso de que perdieran la mayoría de BFA, pero al no estar resuelta la cuestión, las siete cajas implicadas (Caja Madrid, Bancaja, Laietana, Segovia, Rioja, Ávila y Canarias) evitarán la circunstancia por todos los medios. Y queda claro en el folleto que no es su intención porque precisa que en caso de que en el futuro se quiera hacer otra ampliación de capital que suponga perder la mayoría serán necesarios el 93% de los votos de BFA, es decir seis de las siete cajas, al menos.

En Gijón, donde fue nombrado ayer hijo adoptivo de la villa, Rato condicionó el importante descuento de la accióna la actual realidad económica. 'Las circunstancias no son fáciles, pero nuestra historia, el esfuerzo que hemos hecho en saneamientos y las sinergias nos permiten dar este paso', aseguró Rato, que calificó de 'decisión estratégica' el salto al parqué.

Rato asegura que 'las circunstancias [de los mercados] no son fáciles'

Para atraer a los inversores, Bankia promete en el folleto pagar un 50% de los beneficios en dividendos (esta cuestión la decidirán las cajas accio-nistas). Lo que no precisa es cuántos beneficios va a tener. Ni siquiera una estimación, como sí han hecho otras compañías en sus folletos.

En 403 páginas de información, el nuevo banco desgrana innumerable información sobre la entidad, como que en el primer trimestre han salido de la entidad 1.565 personas (el 47% del plan de bajas), que los créditos dudosos crecieron en 474 millones en ese periodo, hasta 11.604 millones, o que la entidad afronta en estos momentos diez litigios o reclamaciones judiciales en curso, de las que una de las principales es la de Aviva (ha de decidirse si el operador principal de seguros del grupo es Aviva o Mapfre).

En el ámbito que no derrocha transparencia es en el de los sueldos de los altos directivos. Aunque cuenta mucho más de lo que se conocía hasta ahora, por el momento no informará de la retribución detallada de Rodrigo Rato. Todo lo que se sabrá hasta la publicación de la memoria anual en los primeros meses del año próximo es que los tres primeros ejecutivos (Rato, José Luis Olivas y Francisco Verdú) cobrarán conjuntamente este año 10,15 millones de euros (4,08 millones en fijo y 6,076 millones en variable) y tienen acumulados 1,265 millones como pensión.

No detalla cuánto es el sueldo de cada uno, pero lo habitual es que el presidente perciba la mitad de esa cantidad. Además, Rato recibirá 196.000 euros como consejero; Olivas, 156.000 euros, y Verdú, 36.000 euros. También, aunque no se precisa cuánto, los consejeros podrán percibir un 20% más de su retribución prevista en acciones de Bankia. En la operación de colocación no se les ha adjudicado ninguna acción. Tampoco tienen derecho a stock options (opciones de compra de acciones a un precio reducido), pero se les ha fijado una dieta de 3.000 euros por cada reunión del Consejo.

Habrá, además, seis miembros del comité de dirección (segundo rango) que tendrán derecho a una indemnización de dos años de salario si dejan la entidad.

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