La Eurocopa, Fernando Torres, el Barça... El fútbol español está de moda y el gremio de entrenadores no vive ajeno a la pasión que levanta su sello. Hugo Sánchez, Pochettino y Pellegrini son ahora mismo una excepción en los clubes de la Liga. Son los únicos tres técnicos extranjeros.

La apuesta por los preparadores españoles, como sucede con los futbolistas, ha traspasado fronteras. Y aunque los entrenadores emigrantes todavía se pueden contar con los dedos de las manos, sus éxitos son cada vez más sonados.

Los logros de Rafa Benítez en el Liverpool son la mejor carta de presentación para el resto de sus colegas. El técnico madrileño lleva cinco temporadas en Anfield, donde ha ganado una Liga de Campeones y ha alcanzado otra final de la máxima competición europea. Los dueños de los reds han valorado su capacidad renovándole el contrato hasta 2014.

El Liverpool es segundo en la Premier, a un punto del líder, el United, y disputará los cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Chelsea.

Siguiendo la estela de Benítez, Quique Sánchez Flores acaba de conquistar con el Benfica la Copa de la Liga en Portugal [en la Liga, es tercetro, a cinco puntos del líder, el Oporto] y Ernesto Valverde se ha proclamado campeón de la Liga griega con el Olympiacos. En Turquía, Luis Aragonés lucha por meter a su Fenerbahce en la Champions. Mientras, Roberto Martínez, joven entrenador catalán, dio la campanada con el Swansea galés al eliminar al Poursmouth de la FA Cup, aunque luego quedó apeado de la competición al perder el partido de desempate de los octavos de final ante el Fulham.

Con más sudores intenta levantar el vuelo del Barcelona de Quito, octavo en la competición doméstica, Benito Floro. Y hace sólo unas semana, García Cantarero dejó el Torrellano, del Grupo IV de la Regional Preferente alicantina, para dirigir el Alianza de El Salvador.