La primera propuesta oficial de la Comisión Europea sobre los eurobonos vendrá acompañada de una batería de reformas que traspasarán a Bruselas gran parte de la autonomía económica de los países del euro. El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, propondrá dar mucho más poder a las instituciones europeas en el control de las cuentas públicas nacionales y exigir informes periódicos a los países con déficit excesivo. Entre las propuestas, que el Ejecutivo comunitario lleva estudiando desde hace meses, se incluye la posibilidad de que los países del euro recomienden a uno de sus socios aceptar un rescate financiero, que conlleva una lluvia de millones para el receptor pero también un estricto catálogo de dolorosos ajustes.

Además, la Comisión podrá decidir que un país se someta a una 'vigilancia reforzada' y acepte inspecciones regulares de su economía, a las que seguirán recomendaciones específicas remitidas al Gobierno o al parlamento nacional. Si no son seguidas, el país en cuestión podría suspender el envío de fondos de las arcas comunitarias, según informa el diario The Wall Street Journal.

Las propuestas deberán ser debatidas por los estados miembros, entre los que está Alemania, gran defensora de un mayor control de los socios del euro. Ayer, la canciller Angela Merkel reaccionó por medio de su portavoz a la propuesta de Bruselas sobre los eurobonos, prevista también para mañana. 'La canciller y el Gobierno alemán no comparten la convicción que tienen muchos de que los eurobonos podrían en este momento ser una especie de cura total' para la crisis del euro, aseguró Steffen Seibert. Merkel se reunirá en Estrasburgo con Nicolas Sarkozy este jueves. 'Es seguro decir que en ese encuentro se va a hablar sobre todo', añadió Seibert, abriendo la puerta al estudio de la propuesta.

Merkel y Sarkozy tratarán además sobre la aplicación de los acuerdos de la cumbre de octubre, que incluyen el desbloqueo del rescate de Grecia y la ampliación del fondo de rescate. Sin embargo, las nuevas propuestas sobre el control económico de la Comisión y los eurobonos ocuparán un lugar destacado en el encuentro, una nueva prueba para la salud de las relaciones entre ambos países.