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Batalla naval fronteriza entre patrulleras de las dos Coreas

Pyongyang atiza la tensión con el Sur en vísperas de la gira asiática de Obama

ANDREA RODÉS

Corea del Norte ha optado por una nueva provocación militar para calentar la llegada de Obama a Asia. Un enfrentamiento naval entre buques de Corea del Norte y Corea del Sur volvió a poner ayer sobre la mesa el problema de la seguridad en la península coreana, una de las prioridades marcadas por el presidente de EEUU, Barack Obama, en su primera gira por Asia, que empieza el jueves.

Según el Ministerio de Defensa surcoreano, el incidente se produjo a media mañana, cuando un buque patrulla de Corea del Norte cruzó la disputada línea fronteriza que divide ambos países por mar, frente a la costa occidental de la península.

Los buques surcoreanos lanzaron varios disparos de alerta, pero el barco norcoreano respondió abriendo fuego y los surcoreanos contraatacaron. El tiroteo duró alrededor de un minuto, hasta que el buque norcoreano se retiró severamente dañado, informa el comunicado oficial de Seúl. No hubo muertes por la parte surcoreana.

En un comunicado posterior, Pyongyang también negó la existencia de víctimas mortales, pero exigió disculpas a Corea del Sur, según el primer ministro surcoreano, Chung Un-chan.

El mandatario calificó el enfrentamiento naval de 'accidental'. Tras una reunión de emergencia con los asesores de Seguridad y Asuntos Exteriores, el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, ordenó a los militares mantenerse firmes y en 'calma' , y no permitir que la situación empeore.

El incidente se produce nueve días antes de la llegada del presidente Obama a Seúl, última escala de su viaje por Asia, en el que la desnuclearización de Corea del Norte ocupa un lugar destacado en la agenda.

A lo largo de este año, Pyong-yang ha realizado pruebas balísticas con misiles de largo alcance, ha reactivado su reactor nuclear y ha abandonado las 'conversaciones a seis bandas' para su desnuclearización, en las que participan China, EEUU, Japón, Rusia y las dos Coreas. Pyong-yang exige un diálogo directo con Washington, pero la Administración de Obama insiste en mantener sanciones económicas contra el régimen norcoreano hasta que este no abandone las provocaciones y vuelva a la mesa de diálogo.

Los analistas creen que acciones como el enfrentamiento naval de ayer por parte de Corea del Norte son una manera de llamar la atención de Corea del Sur y de otros países para negociar nuevas concesiones económicas o de seguridad. Un informe de las Naciones Unidas publicado en octubre advertía de que Corea del Norte atraviesa un momento crítico, con nueve millones de personas hambrientas y una situación de los derechos humanos 'catastrófica'.

 

 

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