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El BCE ignora elnuevo estímulo de EEUU

Trichet insiste en retirar de forma paulatina las medidas de apoyo. Alemania carga contra la Fed

 

DANIEL BASTEIRO

La enésima subida del euro frente al dólar no ha ablandado al Banco Central Europeo (BCE), que ayer rechazó variar el rumbo de la política monetaria en la eurozona. Jean-Claude Trichet evitó comentar la inyección de 600.000 millones de dólares (429.000 millones de euros) con la que la Reserva Federal de EEUU espera revitalizar su economía. En su lugar, la autoridad monetaria europea mantuvo los tipos en el 1% por decimonoveno mes consecutivo, como estaba previsto, y recordó que la estrategia en pro de la austeridad ha sido respaldada en los últimos meses por un crecimiento ligeramente mejor de lo esperado. De esta manera, Trichet confirmó que el BCE sigue pensando en retirar de forma paulatina las medidas de apoyo (a las que calificó, por definición, de 'transitorias') y mantuvo que será en la reunión de diciembre cuando la entidad decida cómo va a implementar esa estrategia de salida de los incentivos monetarios.

La confirmación de los planes del BCE, en abierta contradicción con los de la Reserva Federal, abrió un poco más la grieta entre las dos divisas. El euro rozó los 1,43 dólares, su máximo desde enero, e hizo saltar las alarmas en el Gobierno de Angela Merkel, defensor de la ortodoxia y de la retirada de las medidas de apoyo a la banca europea. Según su ministro de Economía, Raider Bruedele, EEUU juega sucio aprovechando un margen para reanimar la economía que en la zona del euro se ha agotado, lo que ha provocado una depreciación del dólar que amenaza las exportaciones europeas.

El banco central ha comprado hasta ahora deuda por 63.000 millones

Braudele aseguró que sigue 'no sin preocupación' los movimientos de EEUU, a quien deseó una pronta recuperación económica que aleje de Ben Bernanke, presidente de la Fed, la tentación de forzar la caída del dólar para mejorar la competitividad. Según Alemania, EEUU estaría contribuyendo a avivar la guerra de divisas en la que China era, hasta ahora, el principal enemigo. También la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, aseguró que la decisión de la Fed añade presión sobre el euro y demuestra que es necesario 'repasar el sistema monetario internacional'.

En su comparecencia de ayer, Trichet pasó de puntillas sobre la estrategia de EEUU, en las antípodas de la europea. 'No tengo motivos para cambiar mi certeza de que no están jugando la baza del dólar débil', aseguró, porque 'a EEUU le interesa tener una moneda fuerte'. Tras esa interpretación, destinada a rebajar la tensión, Trichet anunció que no hará 'más comentarios' porque los bancos centrales 'tienen su propia responsabilidad en su entorno'.

Para algunos analistas, lo que Trichet calla es más revelador que lo dice. 'Que Trichet no haya sido muy explícito nos lleva a pensar que el BCE puede estar tratando la cuestión con mucha cautela', en opinión de los analistas del banco de inversión Barclays Capital. 'Debería tener cuidado con la posibilidad de que, sin flexibilidad en la divisa de otros países, la presión retuerza al euro de una forma brutal', añade.

Los tipos de interés siguen en el 1% por decimonoveno mes consecutivo

Las presiones contrapuestas procedentes de los movimientos de EEUU y la retirada de estímulos que propone Alemania no rebasaron el umbral del dolor en la reunión de ayer del Consejo de Gobierno del BCE. La máxima institución monetaria no tiene previsto imitar a EEUU, pero tampoco desmantelar de golpe los programas de liquidez y compra de deuda pública de los que Berlín recela. Aunque Fráncfort no ha anunciado compras de bonos en las últimas semanas, Trichet aseguró que la medida sigue vigente por la inestabilidad de los mercados de deuda, que siguen acosando a Grecia, Irlanda o Portugal.

 

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