El etíope Kenenisa Bekele logró su cuarto título mundial consecutivo de 10.000 metros y mantuvo a salvo su condición de invicto precisamente el día en que la rusa Yelena Isinbáyeva, infalible en grandes campeonatos desde hace seis años, entregó su corona de pértiga a la polaca Anna Rogowska.

La derrota, primera desde 2003, que sufrió el mes pasado en Londres ante la propia Rogowska fue sólo el preludio de su gran fracaso en Berlín. Isinbáyeva se va del Olímpico sin hacer un solo salto válido. Derribó una vez en su primera altura (4,75) y dejó los otros dos intentos para los 4,80, con los que tampoco pudo.

Desde los Mundiales de París 2003, en los que fue tercera, Isinbáyeva había ganado todas las grandes competiciones, tanto Juegos Olímpicos, Mundiales como Europeos.

Rogowska, bronce olímpico en Atenas 2004, infligió a la gran zarina de la pértiga su segunda derrota en un año y a sus 28 años alcanzó la cima de su carrera deportiva con una marca de 4,75, la altura en la que acostumbra a empezar sus concursos Isinbayeva. Monika Pyrel redondeó el éxito polaco compartiendo la medalla de plata (4,65) con la estadounidense Chelsea Johnson.

Bekele corrió al ritmo que le marcó Tadesse a lo largo de las 25 vueltas a la pista y ejecutó al eritreo con su irresistible cambio al penetrar en el último 400. Ganó con la mejor marca de los campeonatos (26:45.11). Su liebre de lujo, Tadesse, se llevó el consuelo de la medalla de plata (26:50.12), y el keniano Moses Masai, hermano de la reciente campeona mundial de la distancia, Linet, fue tercero con 26:57.39.

Un día después de que Usain Bolt prolongara su leyenda con un nuevo récord mundial de 100 metros (9.58) la velocidad siguió hablando con acento jamaicano. En la final femenina, Shelly-Ann Fraser, campeona olímpica, y Kerron Stewart, bronce en Pekín, firmaron un doblete con marcas de 10.73 y 10.75, dejando el bronce para la campeona estadounidense, Carmelita Jetter (10.90).

Marta Domínguez, dos veces subcampeona en 5.000 metros, dio a España el primer oro en diez años al imponerse en 3.000 metros obstáculos con la mejor marca mundial del año (9:07.32) y una superioridad insultante sobre las atletas de Rusia, primera potencia de la especialidad.

El atletismo español no conseguía un título mundial desde Sevilla'99 cuando Abel Antón y Niurka Montalvo ganaron los de maratón y longitud, respectivamente.

Rusia hubo de conformarse con la plata de Yuliya Zarudneva y el bronce fue para la keniana Milcah Chemos Cheywa, mientras que la campeona olímpica y plusmarquista mundial, Gunara Galkina, se quedó a las puertas del podio.

En martillo, el esloveno Primoz Kozmus cerró el círculo que abrió en los Juegos de Pekín'08 al proclamarse campeón del mundo, heredando el trono dejado por el bielorruso Ivan Tikhon, que dio positivo en la capital china después de haber ganado los tres Mundiales anteriores.

El esloveno, plata en Osaka'07, se situó en cabeza con su segundo lanzamiento (79,74 metros) y mantuvo el mando con relativa claridad para zanjarlo en el quinto con 80,15 y redondearlo en el último, ya relajado y conocedor de que tenía asegurado el oro, con 80,84.

El polaco Szymon Ziolkowski, campeón olímpico en Sydney'00 y mundial en Edmonton'01, mejoró su marca personal del año con 79,30 pero se tuvo que conformar con la plata, el metal que le faltaba. El bronce fue para el ruso Aleksey Zagornyi con 78,09.

La cubana Yargelis Savigne revalidó su título de triple salto y, para deleite de la isla antillana, se hizo acompañar en el podio, como segunda, por su compatriota Mabel Gay. Desde que en Stuttgart'93 las rusas Anna Biryukova y Iolanda Chen coparon los dos primeros puestos, ningún país había hecho doblete en triple.

No le hizo falta llegar a los 15 metros. Savigne se impuso con los 14,95 metros de su quinto intento. Gay, segunda como el velocista estadounidense Tyson con quien comparte apellido, ganó la medalla de plata con 14,61, y la rusa Anna Pyatykh completó el podio con 14,58. Una de las más grandes de la especialidad, la rusa Tatyana Lebedeva, sólo pudo ser sexta con 14,37.