El Gobierno alemán insistió hoy en que la cumbre extraordinaria de la eurozona se realizará "cuando tenga sentido y sea útil", lo que aún no sucede porque no se han acordado todavía los detalles del segundo rescate griego.

Además, el Ejecutivo germano negó que hubiera habido un aplazamiento de esa reunión de emergencia de líderes de la zona del euro, ya que "nunca se convocó", indicó el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert, en un encuentro rutinario con periodistas.

El sentido de una cumbre así no debe ser dar "un mero efecto psicológico", sino "enviar una señal seria y sólida" a los mercados financieros, para lo cual es preciso contar con "resultados concretos" por parte del grupo que trabaja en el segundo paquete de ayudas a Atenas.

El portavoz afirmó asimismo que la canciller Angela Merkel, de regreso hoy a Berlín después de tres días de gira por África, ha estado "debidamente informada" en todo momento de las deliberaciones que se suceden en Bruselas y que no se vio "sorprendida" por los planes de convocar una cumbre de líderes.

Seibert insistió, a ese respecto, que no podía hablarse de que la cumbre hubiera sido "aplazada" por presuntas "reticencias alemanas", puesto que ni siquiera había sido convocada oficialmente.

Por parte del ministerio de Finanzas, su portavoz Martin Kotthaus, afirmó asimismo que actualmente los grupos de trabajo están analizando, "a distintos niveles", todas las propuestas sobre la mesa a propósito del rescate griego y ratificó que éstas serán abordadas "en su momento" a escala ministerial.

Negó que Alemania haya renunciado a la contribución de los acreedores privados en el paquete de rescate griego, "sobre lo que hay consenso" entre las partes implicadas, y dijo que lo único que debe aclararse es cómo se realizará esa aportación.

Kotthaus indicó que en discusión estaban "todos los elementos y modelos previstos por los acuerdos y tratados vigentes", en lo que, matizó, no entran los eurobonos, puesto que ello implicaría "convertir en colectiva" la deuda griega, lo que iría en detrimento de la solidez común.

Hasta ahora, Alemania se ha opuesto frontalmente a la fórmula de los eurobonos, defendida principalmente por el primer ministro luxemburgués y jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.