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Bildu sustituye a ETA como arma arrojadiza entre PP y PSOE en plena precampaña de las europeas

IÑIGO ADURIZ

Bildu es la nueva ETA en la precampaña de las elecciones europeas. La coalición independentista que engloba a la izquierda abertzale, EA y Alternatiba ha sustituido a la organización terrorista en la batalla dialéctica que mantienen los dos grandes partidos, PP y PSOE, a las puertas de los comicios que se celebrarán el próximo mes de mayo. El caso de supuesta corrupción que afecta al Gobierno foral de Navarra —el supuesto trato de favor de la vicepresidenta Lourdes Goicoechea para algunas empresas— ha situado a la formación vasca en el centro del debate político y la ha convertido en la nueva arma arrojadiza entre socialistas, conservadores e incluso foralistas de UPN. 

Fue el ultimátum que lanzó el líder del PSN, Roberto Jiménez, a la presidenta de la comunidad, Yolanda Barcina, el que produjo el chispazo. El secretario general de los socialistas navarros exigió una comisión de investigación a raíz de las denuncias contra Goicoechea formuladas el pasado 11 de febrero por la exdirectora gerente de la Hacienda de Navarra, Idoia Nieves, y aseguró que si dicho órgano parlamentario demostraba la culpabilidad del Ejecutivo foral solicitaría la dimisión de Barcina si hiciera falta presentando incluso una moción de censura.

UPN y PP se percataron al momento de que esa moción sólo podría salir adelante con los votos de Bildu en el Parlamento foral, ya que sólo la suma de al menos PSN (9 diputados), Nafarroa Bai (8), y la coalición independentista (7) —en total 24 votos—, podrían desbancar a la unión de foralistas (19) y conservadores (4) —en total, 23— en la cámara autonómica. Ambas fuerzas pasaron entonces al ataque pese a la insistencia de los socialistas en que el hecho de que Bildu fuese a apoyar su hipotética moción de censura no implicaba llegar a acuerdos con la coalición. 

A pesar de ello, ya el pasado 15 de febrero la número dos del PP, María Dolores de Cospedal, hacía alusión a ese pacto ficticio y sostenía que 'quienes apoyaron el terrorismo no se pueden disfrazar ahora de aliados o de compañeros de viaje para posibles gobiernos'. Incluso desde el Gobierno, su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría advertía en los últimos días a los socialistas de que vigilaran 'con quien están dispuestos a pactar' y se 'acoten muy bien los ámbitos de responsabilidad'.

La propia Barcina defendía esta misma idea acerca de un supuesto pacto PSE-Bildu el viernes, una vez que concluyó la mencionada comisión de investigación en el Parlamento navarro y de que, en sus conclusiones, dicho mecanismo parlamentario aprobara reclamar su dimisión y la de la consejera Lourdes Goicoechea, además de la convocatoria de elecciones. 'Yo no voy a dimitir porque no voy a seguir la hoja de ruta de Bildu. Y el que siga la hoja de ruta que está marcando Bildu y se deje arrastrar por Bildu, que lo explique', dijo entonces.

Lejos de evitar la polémica acerca de esas supuestas conversaciones con una formación que es legal y que rechaza cualquier tipo de violencia, el PSOE también se apuntó al intercambio de reproches en torno a Bildu. En varias ocasiones, la portavoz de los socialistas en el Congreso de los Diputados, Soraya Rodríguez, ha acusado a PP y UPN de ser ellos quienes pactan con los independentistas. Ayer mismo, en una entrevista en El Mundo, la parlamentaria acusaba a los conservadores de 'aprobar un plan urbanístico' en Vitoria gracias a Bildu, y a los foralistas de 'apoyar la aprobación de presupuestos' junto con la coalición en municipios navarros como Olite o Tafalla. 

Tal es la fuerza de la guerra emprendida por las dos formaciones en torno a este asunto que desde la Ejecutiva federal del PSOE no se atreven ya a respaldar una moción de censura del PSN contra Barcina, por miedo de que se les identifique con Bildu y con una evidente cautela ante la reacción que podría tener la derecha a las puertas de una campaña electoral como la de las europeas, justo cuando las encuestas empiezan a vislumbrar una cierta recuperación del principal partido de la oposición.

Ayer, el secretario de Organización de los socialistas, Óscar López, no explicaba las razones de la negativa anunciada por el PSN a entablar un diálogo con Bildu dentro de la ronda de contactos abierta por la formación que dirige Roberto Jiménez de cara a la presentación de una moción de censura contra Barcina.

Y lo cierto es que tanto los socialistas como los conservadores sí han mantenido en los últimos años conversaciones, negociaciones e incluso acuerdos con la coalición independentista dentro de la normalidad democrática y de diálogo institucional entre fuerzas políticas con representación parlamentaria, provincial o municipal. Tal y como han recordado desde el PSOE, el PP ha llegado a diferentes pactos con Bildu en Vitoria, algo que se ha defendido incluso por parte del alcalde conservador de la capital vasca. En 2012, la Diputación de Gipuzkoa consiguió aprobar sus presupuestos gracias al acuerdo alcanzado entre el PSE y la formación independentista.

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