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Bonn ultima la conferencia que medirá el apoyo mundial a Afganistán post ISAF

EFE

La antigua capital alemana, Bonn, acoge mañana la conferencia internacional sobre Afganistán, una cita que medirá el compromiso internacional con un país que, según Kabul, precisará del apoyo exterior hasta 2024, una década después de la retirada de las tropas extranjeras.

El repliegue de las fuerzas de la ISAF, que de acuerdo a lo previsto se completará en 2014, colocará a Afganistán "más que nunca en el frente de la lucha contra el terrorismo", sostiene Karzai, quien mañana inaugurará la conferencia junto con la canciller Angela Merkel, en declaraciones que el semanario "Der Spiegel" publicará en su edición del lunes.

"Si perdemos esa batalla, estamos amenazados con retroceder a una situación como la de antes del 11 de septiembre de 2001", añade el presidente afgano, en relación a los atentados contra EEUU y la situación entonces de su país bajo el régimen taliban.

La transición de la seguridad nacional a su país entró justo la semana pasada en la segunda fase. Hasta 2014, deberán haberse replegado gradualmente los 130.000 militares que a principios de año integraban aún el contingente internacional, la ISAF.

"Vamos a precisar el apoyo financiero para la completa estructuración de nuestro Ejército y policía", prosigue Karzai.

Hasta dónde llega el compromiso internacional, tras el repliegue, y cómo implicar a los "taliban moderados" -en palabras de Merkel- en el futuro de Afganistán son los grandes temas de la conferencia, formalmente presidida por Karzai y con Alemania como mero anfitrión.

El secretario general de la ONU, Ban ki-Moon, garantizó, recién llegado a Bonn, un "apoyo duradero" a Afganistán.

"El camino será duro y difícil. La ONU será un socio sólido para Afganistán, ahora y en el futuro", afirmó Ban.

A Bonn acudirán 16 organismos internacionales y delegaciones de 85 países, 60 de ellas encabezadas por sus ministros de Asuntos Exteriores, como la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, y sus homólogos francés, Alain Juppé, y ruso, Serguéi Lavrov.

No estará representado Pakistán, en reacción a los ataques de la OTAN hace una semana, en que murieron 24 soldados paquistaníes. Sí acude, en cambio, el ministro de Exteriores iraní, Ali Akbar Salehi.

El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, afirmó que su homóloga paquistaní, Hina Khar Rabbani le había expresado su deseo de seguir participando en los esfuerzos internacionales por la resolución del conflicto, más allá de la ausencia de Bonn.

Sin embargo, la no asistencia de una representación paquistaní, tras los infructuosos esfuerzos diplomáticos de Berlín por dar la vuelta a la situación, más la presencia de Irán, marcan de antemano el discurrir de la cita en la antigua capital alemana.

Lo primero, porque diluye las esperanzas de acuerdos sólidos, ya que, como admitió Merkel, toda solución en Afganistán debe implicar a toda la región, en lo que Pakistán juega un papel fundamental.

Lo segundo, porque la asistencia de Salehi a Bonn implicará desplazar al menos parte del protagonismo de la cita hacia Teherán y sus contenciosos con la comunidad internacional.

La cita es, para Karzai, de alto valor simbólico. La conferencia coincide con el décimo aniversario de la celebrada en 2001, también en Bonn, en que la comunidad internacional diseñó el Afganistán post-taliban, con él como presidente.

En círculos diplomáticos alemanes apenas se disimula ya, diez años después, cierta prisa por cerrar la llamada "era Karzai", aunque no se explicite exactamente cómo.

"Sabemos los pros y contras de Karzai. Pero hoy por hoy no hay en Afganistán otro político con parecido apoyo popular en su país", afirmaba Michael Steiner, encargado del ministerio alemán de Exteriores para Afganistán y Pakistán, en un encuentro con medios extranjeros y a la pregunta de hasta cuándo se le respaldará.

Las irregularidades electorales de los últimos comicios afganos y la situación de los derechos humanos y concretamente de la mujer en el Afganistán teóricamente post-talibán son aspectos que también planearán sobre la conferencia.

Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch celebrarán en paralelo, en Bonn, sus conferencias de prensa para alertar sobre estos déficit en el Afganistán de Karzai.

Las autoridades han dispuesto un contingente de unos 4.000 policías para velar por la conferencia, que se celebra en el World Conference Center (WCCB), antigua sede del Bundestag (Parlamento federal), convertida en una fortaleza.

Será una conferencia salpicada por diversas manifestaciones, como la del sábado, en que miles de manifestantes desfilaron por Bonn reclamando la retirada inmediata de las tropas internacionales.

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