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Los Budas de Bamiyán escondían las pinturas al óleo más antiguas del mundo

EFE

La pintura al óleo no fue inventada por los europeos en el siglo XV, como se cree, según lo demuestra su presencia en murales del siglo VII que adornan las cuevas aledañas a las estatuas de los Budas gigantes de Bamiyán, destruidas en 2001 por los talibanes afganos.

Científicos japoneses, estadounidenses y europeos hicieron este descubrimiento gracias al análisis de pequeñas muestras de pintura de esas cuevas del centro de Afganistán con los potentes rayos X de la Instalación Europea de Radiación Sincrotrónica (ESRF) en Grenoble (Francia), según un estudio publicado hoy en el Journal of Analytical Atomic Spectometry.

Las cuevas están decoradas con pinturas que datan de los siglos V al IX y que representan a Budas vestidos con túnicas bermellón sentados entre hojas de palmera y criaturas míticas.

Los científicos comprobaron que en 12 de las 50 cuevas fueron empleadas técnicas de pintura al óleo, que datan del siglo VII, probablemente con aceites secantes de girasol y de nogal.

"Este es el ejemplo más temprano de pinturas al óleo en el mundo, aunque los aceites secantes ya eran utilizados por los romanos y los egipcios como medicinas y cosméticos", explica en el estudio la japonesa Yoko Taniguchi, quien encabezó el equipo científico que se desplazó a Afganistán.

Muchos libros de historia atribuyen al pintor flamenco Jan van Eyck las primeras pinturas al óleo, aunque otros expertos afirman que ya existían antes.

La destrucción de los Budas de Bamiyán el 9 de marzo de 2001, que consternó al mundo entero, llamó la atención sobre este sitio arqueológico, que ha sido declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

La química francesa Marine Cotte, colaboradora del ESRF, reconoció por teléfono a Efe que quizás sin la "conmoción" causada por la destrucción de los Budas no se habría prestado tanta atención a las cuevas, que también resultaron muy deterioradas cuando fueron voladas las estatuas.

Según Cotte, las cuevas se encuentran en "un estado bastante crítico" debido a las explosiones que derribaron a los Budas, a la guerra y a la actividad humana reciente.

"A partir de este estudio quizás podamos tener acceso a otras pinturas en esa zona del mundo, algo hasta ahora muy difícil por motivos políticos", declaró, y calificó el descubrimiento como "una lección de humildad para los europeos".

En la investigación tomaron parte el Instituto Nacional de Investigación de Propiedades Culturales de Japón, el Centro de Investigación y Restauración de los Museos Franceses, el Instituto Getty de Conservación de EEUU y el ESRF.

Las pinturas fueron probablemente la obra de artistas que viajaron por la Ruta de la Seda, la antigua ruta comercial entre China y Occidente que atravesaba el desierto de Asia Central.

Taniguchi explicó que la región es una gran desconocida, y destacó que la investigación fue posible gracias al proyecto de conservación lanzado por la UNESCO en torno a los Budas de Bamiyán, los más grandes del mundo, que los talibanes volaron porque los consideraban contrarios al Corán.

El hallazgo tampoco hubiera sido posible sin el "Synchrotron" de Grenoble, que mediante un acelerador de electrones produce unos rayos X millones de veces más potentes que los utilizados en un hospital, lo que permitió analizar por separado las distintas capas de pintura superpuestas en las cuevas.

Hay unos 50 sincrotrones en el mundo, y el de Grenoble, con 844 metros de circunferencia, es uno de los tres más grandes, dijo a Efe la portavoz del ESRF, Montserrat Capellas.

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