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Bush bromea sobre los aspirantes a sustituirlo en una cena con corresponsales en la Casa Blanca

EFE

El presidente de EEUU, George W. Bush, bromeó hoy sobre los aspirantes a sustituirlo durante la cena de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca en la que además de para el humor, tuvo tiempo para dirigir a la banda de marines.

"El senador (John) McCain no está aquí", dijo en referencia al candidato presidencial republicano Bush, quien fue hoy, por octava y última vez, el invitado de honor de la cena anual.

"Probablemente quiere distanciarse un poco de mí. No es el único, Jenna también se está mudando", añadió en referencia a su hija, que se casa el próximo mes.

El inquilino de la Casa Blanca también sacó a colación a los "presidenciables" demócratas, al señalar que Hillary Clinton no había podido entrar porque había "fuego de francotiradores", y que Obama no había asistido al evento porque estaba "en la iglesia".

Con esos comentarios apuntó hacia dos de los asuntos más espinosos durante los últimos meses en las campañas de los aspirantes a la candidatura presidencial demócrata.

En el caso de Hillary, la controversia gira en torno al distorsionado relato de su viaje a Bosnia en 1996, durante el que, según dijo, había aterrizado en medio del fuego de francotiradores. Las imágenes de archivo revelaron que su llegada había transcurrido en medio de la más absoluta normalidad.

Obama, por su parte, se ha visto en serios aprietos por la incendiaria retórica de su ex reverendo, Jeremiah Wright.

Bush también aludió a la actual campaña electoral al pedir a los congregados que lo disculpasen si estaba un poco somnoliento.

El motivo, según explicó, es que había sonado el "teléfono rojo" a las tres de la mañana, el tema central de uno de los anuncios más comentados de la campaña de Hillary, en el que la senadora asegura estar mejor preparada que su rival para responder a una llamada de emergencia en plena madrugada.

La cena de esta noche, el evento social por excelencia de la capital estadounidense, atrajo a una variopinta audiencia, tan diversa como la diseñadora de moda Donatella Versace, el escritor Salman Rushdie, y el director de la CIA, Michael Hayden.

Bush no dejó pasar esa combinación por alto al señalar que el hecho de que la actriz Pamela Anderson, que acudió ataviada con un escote de vértigo, y el ex aspirante republicano a la Casa Blanca Mitt Romney, conocido entre otras cosas por su fe mormona, coincidiesen en el evento debía de ser "una señal del Apocalipsis".

Por lo demás, las altas esferas del poder de la capital contaron con una nutrida representación en el acto, entre la que destaca la presencia de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, el juez del Tribunal Supremo, Antonin Scalia, y el secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff.

El esperado discurso de Bush se vio amenizado por varios vídeos con sus comparecencias de otros años. Su participación concluyó con la dirección improvisada de la banda de marines, algo que dijo quería hacer desde hace mucho.

El comediante escocés-estadounidense Craig Ferguson, presentador del programa humorístico "The Late Late Show" de la cadena de televisión CBS, reemplazó a Bush en el podio.

Ferguson sugirió que Bush, criticado por pasar demasiado tiempo alejado de la Casa Blanca, podría buscar un trabajo en el que le diesen más vacaciones.

El humorista se refirió también a la notable ausencia del diario "The New York Times", quien canceló su participación por considerar que esa relación tan estrecha entre los periodistas y sus fuentes no resulta recomendable para la credibilidad de los medios.

En un golpe bajo al "Times", el comediante dijo creer que lo que daña la credibilidad de los medios son personas como Jayson Blair, un periodista del rotativo neoyorquino que se inventaba las fuentes, y Judith Miller, que dio alas a la teoría de la Casa Blanca de que había armas de destrucción masiva en Irak.

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