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Los cadáveres robados por el franquismo

El Congreso debate sobre los republicanos del Valle de los Caídos

DIEGO BARCALA

'Mi madre no se explica por qué su padre está con su verdugo'. Para Joan Pinyol fue duro explicarle a su madre, de 79 años, que la esquina del cementerio de Lleida donde llevaban las flores cada año no era el lugar donde estaba enterrado el abuelo. Pero más doloroso fue explicarle que realmente estaba en el Valle de los Caídos, a escasos metros de su verdugo. 'Cuando se lo dije, se derrumbó, pero la verdad es mejor saberla', recuerda.

La comisión constitucional del Congreso de los Diputados debate hoy una Proposición No de Ley presentada por ICV e IU que pide al Gobierno que haga un censo de las víctimas que fueron trasladadas sin el consentimiento de sus familias al valle de Cuelgamuros. Además, exigen que el Ejecutivo se encargue de devolver los restos a aquellas familias que lo soliciten.

La familia de Joan Colom, el abuelo de Joan Pinyol, tiene claro que quiere llevar sus huesos a Capellades (Lleida). Allí trató de llevárselo su viuda en 1939, pero cuando acudió al campo de prisioneros que los golpistas habían improvisado en Lleida, sólo encontró la siguiente respuesta de un capellán: 'No se puede hacer nada, sea una buena cristiana y cuide de sus hijos'. 'Se quedó con el disgusto y murió en 1977, sin saber que hacía 12 años que no estaba ahí', explica Pinyol.

Una investigación de la historiadora Queralt Solé descubrió hace 15 meses a la familia Colom qué pasó realmente con el cuerpo del abuelo. Los franquistas documentaron cada traslado al Valle de los Caídos desde su inauguración en 1959 y durante los años posteriores. Pinyol retomó las investigaciones de Solé y buscó los papeles concretos de su abuelo. Encontró todos los detalles en el archivo histórico de Lleida. Allí estaba la ficha del traslado, el encargo del transporte y 'hasta el recibo de unas copas que se tomaron después de exhumar los cuerpos', señala.

Para la familia de Colom, el debate parlamentario de hoy supone algo más que un reconocimiento moral. 'Se trata de respeto. Ellos profanaron la tumba de mi abuelo y le enterraron con su verdugo. Decir que el Valle de los Caídos es un lugar de reconciliación me parece un insulto', explica.

El ejemplo de Colom es uno de los 500 casos de traslados ilegales al mausoleo de Franco y José Antonio que Pinyol ha documentado. El caso abierto en la Audiencia Nacional por Baltasar Garzón incluye otras denuncias que siguen en los juzgados.

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