La canadiense Maelle Ricker deleitó el martes al público de su ciudad natal al ganar la medalla de oro de la competición femenina de snowboard cross en los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver.

Ricker, de 31 años, se convirtió de este modo en la primera mujer en conquistar un oro olímpico en su propio país.

Dos días antes, su compatriota Alexandre Bilodeau puso fin a la maldición de Canadá al obtener el primer oro olímpico masculino en suelo natal tras imponerse en la prueba de moguls, en el esquí acrobático.

Ricker contó con la ayuda de su principal rival, la estadounidense Linsdey Jacobellis, quien se cayó mientras ambas luchaban por el liderato de una de las semifinales y no pudo estar en la carrera definitiva.

La canadiense pudo cambiar así el final de la historia ocurrida un día antes, cuando el estadounidense Seth Wescott le robó el oro al patinador local Mike Robertson en el último salto de la final masculina del snowboard cross.

En la final, la deportista local se colocó rápidamente como líder y no tuvo ninguna amenaza cercana, por lo que terminó saltando cómodamente la rampa previa a la línea de meta.

Tras dos caídas en sus primeros dos intentos, la nativa de Vancouver se asentó y ganó sus respectivas series en cuartos de final y semifinales.

"El primer intento fue un desastre", dijo Ricker a periodistas. "Pero me recuperé, volví a concentrarme, visualicé. Sólo pensé en mis líneas y realicé una sólida carrera manteniéndome en los pies y equilibrada", agregó.

Tras ganar el oro, la canadiense se desprendió de su tabla para acercarse al ferviente público del complejo olímpico, frente al que levantó los brazos para festejar la ansiada victoria.

Por su parte, la francesa Deborah Anthonioz finalizó segunda y ganó la medalla de plata, mientras que la suiza Olivia Nobs se llevó el bronce por su tercer puesto.