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Carlos Saura descubre su trastienda en el Festival de Valladolid

EFE

El ángulo artístico menos conocido del realizador Carlos Saura (Huesca, 1932), intuido pero nunca mostrado en su integridad y casi siempre asociado a su labor cinematográfica, ha descubierto al gran público la 54 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) a través de una magna exposición.

"Otras miradas de Carlos Saura", de la que es comisario Asier Mensuro, permanecerá expuesta hasta el 8 de diciembre en el Museo de Arte Contemporáneo Español "Patio Herreriano", como un eslabón más del homenaje que el Festival de Valladolid rinde estos días al autor de "La caza" (1965) y "Cría cuervos" (1975), a través de un ciclo de proyecciones con su filmografía íntegra.

Un consumado pintor -en acuarela, aguafuerte e incluso óleo-, y un virtuoso de la fotografía encontrará el visitante dentro de una exposición prácticamente inédita en su concepción y fondos que en su mayor parte proceden del estudio que el cineasta tiene en el municipio de Collado Mediano (Madrid).

El talento de Saura, que ha firmado una cuarentena de largometrajes entre "Tiovivo" (1954) y "Fados" (2007), desborda el ámbito cinematográfico y descubre la figura de un intelectual de gran calado que ha puesto su talento al servicio de la gran pantalla en detrimento de otras potencialidades que se intuyen en la muestra.

Apuntes tomados del natural y bocetos de sastrería para la indumentaria de sus personajes, algunos de época como en el caso de "El Dorado" (1988) y "¡Ay Carmela!" (1990), advierten ya de la calidad pictórica de Carlos Saura, quien recurre al dibujo como una herramienta más de su trabajo.

La misma esencia se aprecia en varios apuntes gráficos pertenecientes a secuencias que el realizador ha esbozado en las márgenes del guión de "Goya en Burdeos" (1999), que comparten espacio con otros objetos personales como claquetas pertenecientes a los rodajes de "La caza" (1965) y "Los ojos vendados" (1978).

Dentro del apartado fotográfico, la organización ha seleccionado un repertorio mayoritariamente dedicado al blanco y negro, sin menoscabo de un color reservado para imágenes extraídas de los rodajes de "Sevillanas" (1991) y "Flamenco" (1995): fotos de estudio de notable dificultad al tener que conjugar el movimiento con la luz de interior.

Una de las paredes de la exposición está recubierta de fotos muy personales del director en el interior de un estudio de difícil catalogación: cineasta, pintor, fotógrafo, escritor, moldeador e incluso sastre, en lo que constituye una especie de autorretrato espiritual e intelectual.

Saura depara más sorpresas al visitantes con sus digresiones o greguerías pictóricas, donde un dibujo da pie a una reflexión que anota a modo de título o lema del cuadro: "En la vida es importante no perder la cabeza", "No entiendo por qué huyen de mí las mujeres" y "No hay lobo que iguale al hombre. A todos excede en fiereza".

Su particular relación con las mujeres queda patente también en otra serie dedicada a la Mujer Araña, Mujer Esfinge, Mujer Barbuda y Mujeres Siamesas, aunque en este caso no anota en forma de letra lo que considera evidente.

Por último, entre otras cualidades e innovaciones artísticas, Saura firma una especie de divertimentos consistentes en la esquematización, a través de trazos realizados con ceras y pinturas, de personas y objetos retratados en fotografías.

La exposición se inaugurará mañana con la asistencia prevista, además de Carlos Saura, del alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva; del director del festival, Javier Angulo, y del comisario, Asier Mensuro.

Roberto Jiménez

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