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El carnicero de Sobibor

La Audiencia Nacional no tiene reparos en juzgar los crímenes del nazismo

GUILLEM SANS MORA

La Justicia alemana podría escribir pronto uno de los últimos capítulos en la historia de la persecución de los criminales nazis, un caso que ha mantenido en vilo durante décadas a la Justicia de varios países.

La central que coordina las investigaciones sobre crímenes del nazismo en Ludwigsburg ha entregado a un tribunal de Múnich un dossier de 140 páginas que reúne pruebas suficientes para demostrar que el mecánico jubilado de origen ucraniano John Demjanjuk, de 88 años, fue vigilante de las SS en el campo de exterminio de Sobibor y estuvo implicado en el asesinato de 29.000 judíos entre marzo y septiembre de 1943.

Los jueces de Múnich decidirán ahora si piden la extradición de Demjanjuk, que vive en EEUU. El director de la oficina de Ludwigsburg, Fritz Schramm, cree que 'no podrá excusarse diciendo que sólo vigiló a los presos', ya que Sobibor (sureste de Polonia) era un lugar dedicado exclusivamente al exterminio. No había, como por ejemplo en Auschwitz, ningún campo de trabajo, sino sólo cámaras de gas.

Demjanjuk estaba en Sobibor cuando llegó el transporte de los niños, que Schramm considera 'el testamento más impresionante del Holocausto'. Los nazis ordenaron la deportación a Sobibor de todos los menores de 16 años internados en el campo holandés de Herzogenbusch.

Este jubilado octogenario es uno de los miles de ucranianos del Ejército Rojo que, tras ser apresados por los alemanes, se ofrecieron a colaborar con los nazis.

En 1988, un tribunal de Jerusalén le condenó a muerte tras un proceso en el que varios testigos le identificaron como el Iván el Terrible que operó en las cámaras de gas y torturó a presos en Treblinka. En 1993 el Tribunal Supremo le puso en libertad porque había dudas razonables sobre su verdadera identidad. La Justicia de EEUU se ocupó luego del caso.

En 2002 le retiraron la nacionalidad estadounidense, que poseía desde 1958, en parte gracias a las investigaciones de fiscales alemanes. En mayo, la Corte Suprema aprobó su extradición.

La oficina de Ludwigsburg cumplió 50 años el pasado día 6 de noviembre. Su último éxito fue la condena en 1992 del cabecilla de las SS Josef Schwammberger, que murió en la cárcel en 1994 tras una condena por 650 asesinatos.

En el caso de John Demjanjuk, los fiscales han reunido por primera vez listas de los transportes con nombres y fechas de nacimiento de las víctimas.

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