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El carpintero que quiso matar al Führer

Alemania cierra una cuenta pendiente con Georg Elser, que intentó asesinar a Hitler cinco años antes que Stauffenberg

 

GUILLEM SANS MORA

Hace 70 años, el carpintero suabo Georg Elser fue fusilado en el campo de concentración de Dachau por su intento de asesinar a Hitler en Múnich recién empezada la guerra.

La documentación sobre su figura se mide con cuentagotas, mientras que la bibliografía sobre Claus von Stauffenberg, quien intentó lo mismo el 20 de julio de 1944 y tiene estatus de héroe nacional, llena estanterías enteras.

Ahora, seis ciudades relacionadas con la trayectoria biográfica de Elser le dedicarán otros tantos monumentos. En Stuttgart y Berlín se pueden visitar dos exposiciones sobre su vida. Alemania reconoce por fin el valor de un antinazi que, a diferencia de Stauffenberg, no compartió jamás la cosmovisión hitleriana.

Elser nació en 1903 en Hermaringen, un pueblo de la región de Württemberg (suroeste). Su padre se dedicaba a la agricultura y al comercio de madera, pero el alcohol y su temperamento agresivo acabaron con lo poco que hubiera podido dejar a sus hijos. A los 14 años, Georg aprendió el oficio de carpintero, que le permitió trabajar en empresas de la región del Lago Constanza.

Tenía fama de callado y amable, tocaba la armónica y votaba a los comunistas. Al ser interrogado por la Gestapo tras el atentado, explicó su opción política: 'Pensé que era un partido obrero que defendería a los trabajadores', según la transcripción del interrogatorio, publicada en 1970.

En otoño de 1938, tras el Pacto de Múnich entre Hitler y Stalin, Elser llegó a la conclusión de que había que matar al dictador alemán para evitar que Europa se hundiera en una guerra. En noviembre empezó a inspeccionar el sótano de la cervecería Bürgerbräu, donde la cúpula nazi celebraba una reunión anual para conmemorar el golpe de Estado fallido que había perpetrado allí Hitler en 1923.

Después de armar un explosivo casero con temporizador, en agosto de 1939, Elsner se coló en el sótano del Bürgerbräu. Permaneció allí escondido durante 30 días.

El 6 de noviembre encontró la mejor manera de colocar la bombaen una columna junto a la tribuna del orador y la preparó para que estallara dos días después. Pero el mal tiempo le jugó una mala pasada. Hitler tuvo que renunciar al avión para volver a Berlín, y para coger el tren a tiempo, el Führer tuvo que adelantar su discurso una media hora.

A las 21.05, Hitler abandonó el sótano. Trece minutos más tarde explotó la bomba que destrozó la tribuna y el techo. De las 200 personas que había en ese momento en el sótano, ocho murieron y 63 resultaron heridas.

'Lo que empujó a la resistencia fue la constatación de que Hitler no podía ganar la guerra'

La Gestapo detuvo a Elser cuando intentó pasar la frontera suiza. El día 22 confesó bajo tortura que intentó matar a Hitler 'para evitar un mayor derramamiento de sangre'. Los periódicos nazis anunciaron la captura de un espía británico, versión que sobreviviría al fin de la guerra. Elser fue trasladado a una celda aislada en el campo de concentración de Sachsenhausen.

Esos días, Claus von Stauffenberg se había sumado con entusiasmo a la invasión de Polonia. 'La población aquí es un populacho increíble. Muchos judíos, y mucha mezcla de razas', escribió a su mujer. Como el resto de los conspiradores del 20 de julio, Stauffenberg participó en esa operación en nombre de la lucha contra el bolchevismo.

'Lo que le empujó a la resistencia activa no fue el horror ante los crímenes de los alemanes en territorios ocupados, sino la constatación de que Hitler no podía ganar la guerra', señala el historiador Michael Wildt, de la Universidad Humboldt de Berlín. Stauffenberg fue ejecutado el 10 de agosto. Elser murió fusilado en el campo de concentración de Dachau al final de la guerra, el 9 de abril de 1945.

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