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Caruana augura un ajuste de la banca española por la "sobrevaloración" inmobiliaria

EFE

La banca española afronta un período de ajuste tras unos años en los que el crédito abundante llevó a una "sobrevaloración" de la vivienda, afirmó en una entrevista con EFE Jaime Caruana, jefe de temas financieros del FMI y ex gobernador del Banco de España.

Entre 2000 y 2006 Caruana supervisó desde su despacho en la calle de Alcalá en Madrid la salud de los bancos españoles y por ello habla con autoridad al decir que están "saneados".

No obstante, en el año y medio que lleva en su silla en el piso sexto del Fondo Monetario Internacional (FMI), frente a sus dos pantallas de Bloomberg, ha visto los estragos que una crisis inmobiliaria puede hacer a una economía.

Caruana insiste en que la situación en España es muy diferente a la de Estados Unidos, que sufre la peor contracción del sector desde la Gran Depresión y donde el precio de la vivienda caerá un 10 por ciento este año, según pronósticos del Fondo.

El economista valenciano destacó que en su país natal no existen las hipotecas de riesgo ("subprime"), extendidas en Estados Unidos a personas que no podían amortizarlas por parte de bancos que tenían el ojo puesto en vendérselas a cualquier otro.

Aún así, cree que el precio del metro cuadrado en España ha superado los niveles razonables.

"Lo que se ha visto en España es una sobrevaloración del mercado de vivienda, en base a un rápido crecimiento del crédito", dijo.

Eso ha traído muchas alegrías para los bancos, que han dado hipotecas a diestro y siniestro, pero todo lo bueno llega a su fin.

Caruana señaló que el sistema financiero español deberá adecuarse a una moderación de la demanda de créditos, lo que es algo "positivo" para la economía del país, en su opinión.

También se enfrentará, continuó Caruana, a un aumento de la morosidad -que ya ha trepado hasta alrededor del 1 por ciento-, aunque desde un nivel "extraordinariamente bajo".

Y los bancos deberán resignarse, añadió, a una "contención" en la financiación que pueden captar en Europa, donde los mercados financieros siguen inmersos en la incertidumbre y la desconfianza.

Aunque Caruana mantiene un ojo en Madrid, su responsabilidad mayor es auscultar a los mercados financieros a nivel mundial a la escucha de ruidos que apunten a futuros achaques.

Ahora lo que le da sudores son las aseguradoras de bonos, conocidas en inglés como "monolines", que son un pilar fundamental del mercado, al garantizar el valor de bonos por más de 2.000 millones de dólares.

Estas entidades se ven amenazadas por la gangrena que se inició en el 2007 con el salto de la morosidad en las hipotecas de alto riesgo de Estados Unidos y se extendió a otros créditos.

Problemas importantes en las "monolines" repercutirían en todo Estados Unidos, pues la parte más importante de su cartera, destacó Caruana, son los bonos municipales, que financian la construcción de carreteras, hospitales y escuelas.

Sus tribulaciones vienen de que, como muchos otros agentes del mercado, las aseguradoras no calcularon correctamente el riesgo que entrañaban los papeles vinculados a títulos hipotecarios.

"Ellos están garantizando un determinado 'rating' a todos estos valores, en la medida en la que la propia entidad aseguradora sufra una rebaja del 'rating', supone una rebaja del 'rating' de todos estos productos", explicó Caruana.

La bajada de la calidad crediticia acarrearía una pérdida de valor para los bancos que poseen esos valores.

Tres "monolines", Ambac, SCA y Financial Guaranty Insurance, ya han sufrido la rebaja del sello de calidad, mientras que un tercero, ACA Capital Holdings, está al borde de la bancarrota. El temor es que la necrosis se generalice.

"Sería una presión adicional significativa" sobre la banca, dijo Caruana.

El problema de las "monolines" ha agravado la falta de confianza en el mercado y pese a los anuncios casi diarios de reducciones de valor multimillonarias, "todavía hay incertidumbre en torno a las pérdidas que pueda haber en determinadas instituciones financieras", afirmó Caruana.

"Nosotros hacemos una llamada a que se dé información sobre las posiciones, las posibles pérdidas y cómo se calculan", lo que añadiría "certidumbre" y reduciría la volatilidad, agregó el directivo del Fondo.

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