Rusia dijo el miércoles que los arrestos en Estados Unidos de sospechosos de una supuesta red de espionaje ruso no dañarían las relaciones con Washington, suavizando el tono tras una inicial reacción de molestia.

En un inicio, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso calificó la acción estadounidense como "infundada e incorrecta" e insinuó que los arrestos podrían afectar el entusiasmo de Moscú por fortalecer los vínculos bilaterales, con lo que levantó el espectro de un conflicto diplomático al estilo de la Guerra Fría.

Pero el miércoles, el ministerio expresó optimismo de que las diferencias no arruinarían el "reinicio" de relaciones iniciado por el presidente Barack Obama y que ha sido abrazado por el mandatario ruso, Dmitry Medvedev.

"Esperamos que el incidente que involucra el arresto en Estados Unidos de un grupo de personas sospechosas de espiar para Rusia no afecte negativamente las relaciones ruso-estadounidenses", dijo un responsable del Ministerio de Relaciones Exteriores bajo condición de anonimato.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció el lunes que había arrestado en cuatro ciudades orientales a 10 sospechosos de ser espías.

Otro sospechoso, el undécimo, fue arrestado en Chipre el martes y posteriormente liberado bajo fianza.

Sin embargo, la policía chipriota dijo el miércoles que el hombre, Christopher Robert Metsos, había desaparecido y que estaba siendo preparada una orden para volver a detenerlo por violar los términos de su libertad bajo fianza.

Los sospechosos fueron acusados de reunir información sobre diversos temas, desde datos de investigación de armamento nuclear hasta el mercado de oro y detalles de candidatos a la Agencia Central de Inteligencia, según fiscales estadounidenses.

Según informes de medios de Perú, en el grupo también figura la periodista peruana nacionalizada estadounidense Vicky Peláez y su esposo de origen uruguayo, quienes residen en Estados Unidos desde hace más de 20 años.

Peláez trabajó para un canal de televisión peruano a inicios de la década de 1980 y antes de su arresto trabajaba como columnista para un destacado diario hispano en Nueva York.