La nacionalizada Catalunya Banc desveló el miércoles su balance de 2013 en el que obtuvo un beneficio de 532,2 millones de euros en espera de que se inicie el esperado proceso de privatización de la entidad que había registrado pérdidas de 11.855 millones de euros en 2012.

Tras recibir ayudas públicas por valor de algo más de 12.000 millones de euros (9.000 millones desde Bruselas) y traspasar la inmensa mayoría de sus activos inmobiliarios de riesgo a la Sareb, el banco malo, la entidad presume de consolidar márgenes positivos y proyectar una continuidad en el actual ejercicio. Con un margen de explotación proforma de 167,8 millones de euros, la entidad redujo su margen de intereses en un 2,2% sobre el año anterior hasta 500,4 millones de euros 'a pesar de la disminución de ingresos financieros por el traspaso del crédito promotor a la Sareb'.

La entidad, que en base a los planes del Gobierno debería estar privatizada este año tras dos intentos fallidos de subasta, dijo que su ratio de capital alcanza el 14,36%, ó el 12,3% teniendo en cuenta la aplicación completa de la normativa Basilea III. 'Con estas cifras la entidad mejora notablemente su posición que le permite afrontar un eventual proceso de privatización con plenas garantías', explicó.

Con una posición de liquidez de 15.005 millones de euros, la entidad dice cubrir en un 160% los vencimientos futuros, lo que le ha permitido reducir su dependencia del Banco Central Europeo, con una posición de 1.500 millones de euros.

Antes de la privatización, la entidad catalana ha iniciado el proceso de venta de actividades consideradas no estratégicas para limpiar su balance. En este sentido, están en marcha procesos para vender la plataforma del servicio inmobiliario, oficinas fuera de Catalunya y su cartera de créditos fallidos. Los activos del grupo, por el que Economía dice que ha recibido muestras de interés de grupos nacionales e internacionales, ascendían a 63.062 millones de euros al cierre de 2013.