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"La CEOE ha mezclado medidas de urgencia con sus aspiraciones históricas"

Secretario general de UGT. Aboga por tomar medidas transitorias para abordar la urgencia del paro

ANA REQUENA / PEDRO GONZÁLEZ

Cándido Méndez (Badajoz, 1952) quiere poner en valor los acuerdos alcanzados entre patronal y sindicatos, aunque también se muestra muy crítico con la actitud de la CEOE en la recta final de la negociación. Dice seguir dispuesto a negociar pero, sobre todo, a hacer pedagogía sobre las alternativas sindicales para salir de la crisis.

¿Qué opinión le merece el resultado conseguido hasta ahora en la negociación con la patronal?

'Los márgenes para la negociación dependen de la voluntad; la nuestra es negociar'

Lo que hemos puesto encima de la mesa no se debe de minusvalorar, particularmente lo relativo a la solución autónoma de los conflictos, que supone buscar una vía que permita evitarlos y propicie que los convenios se renueven, por lo que el debate sobre la ultraactividad deja de tener efecto. Otro asunto que bajo mi punto de vista tiene menos trascendencia es el traslado de festivos, porque en España la jornada está anualizada y el impacto de los puentes está descontado desde principios de año. Ningún gobierno tiene problemas para cambiar todos los puentes que quiera porque la ley lo permite.

Pero son acuerdos que ya se tenían encaminados, ¿para qué ha servido entonces esta negociación?

Ha habido seis acuerdos. Cuando se dialoga nunca se pierde el tiempo, pero yo he advertido de que el problema no era de tiempo, sino de voluntad. El problema es que se han superpuesto distintos elementos. Por un lado, una posición dentro de la patronal que piensa que el diálogo social es subordinado, que prefiere que decida el Ejecutivo porque piensan que el Gobierno siempre irá más allá de lo que pueda ir un acuerdo. Eso es un error muy serio porque se desprecia el valor que pueda tener el acuerdo más allá de su contenido. Luego se ha mezclado el reconocimiento de que estamos en una situación excepcional en la que hay que tomar medidas de urgencia con las aspiraciones históricas de la patronal sobre reformas estructurales.

'La congelación salarial supondría drenar a las rentas de los trabajadores unos 6.700 millones'

¿Queda entonces margen para negociar?

En las conclusiones del acuerdo que hemos firmado la patronal reconoce que flexibilidad interna, estructura de la negociación colectiva y salarios son asuntos bilaterales. El plazo es del Gobierno, que dice que a partir de una determinada fecha va a tomar decisiones, pero yo no me he sentido ni presionado ni afectado por el plazo. Tampoco le voy a pedir al Gobierno que, si esa es su decisión, la posponga. Por tanto, los márgenes para la negociación dependen de la voluntad. La nuestra es negociar lo que se ponga encima de la mesa. Además, si la reforma laboral de verdad fuera la solución al paro, supongo que el anterior Gobierno no hubiera hecho una y media sino dos o tres. España es uno de los países donde más reformas laborales se han hecho y no han dado resultado. No hay que confundir lo que quieren los mercados, los empresarios o incluso los sindicatos con lo que necesita España, que a mi juicio es evitar la destrucción de empleo.

¿Y qué propuestas para el periodo de crisis tiene UGT ?

'El Gobierno acaba de reconocer que el problema de déficit no es de gasto, sino de ingresos'

Que en las pequeñas y medianas empresas si no se puede mantener un puesto de trabajo a tiempo completo se pueda mantener a tiempo parcial, algo que sé que es polémico. En estos dos años podemos hacer un esfuerzo con relación a los salarios, pero tiene que compensarse con control de precios y el compromiso de los empresarios de que los beneficios se reinviertan en empleo. La propuesta de la patronal sobre salarios dice que lleguen hasta la congelación, es decir, hasta el cero como máximo. Hemos hecho una estimación de lo que eso significa: drenar a las rentas de los trabajadores una cifra promedio de 6.700 millones de euros.

Su propuesta para trasladar las bonificaciones de la contratación al despido, ¿también sería una de esas medidas de crisis?

En la ley actual existe el fondo de capitalización y un sistema de incentivación a la contratación. Los empresarios insisten en que no quieren subvenciones a la contratación; entonces que se trasladen esos recursos públicos al despido. Habría que ver en qué condiciones. Esos recursos permitirían que el trabajador cobre íntegro su despido y lo utilice si quiere para su pensión o para mejorar su formación. Eso, que hace el erario público, debe tener una contrapartida, de forma que puedan acceder a él empresas que apuesten por la estabilidad en el empleo, que se comprometan con la igualdad o la reducción de riesgos laborales. Es un planteamiento de carácter excepcional, que también se podría mantener a futuro.

Rosell ha dicho que Rajoy le pidió un contrato para la crisis, ¿también a usted?

Yo sé lo que dijo en el debate de investidura y ahí no he visto el contrato único. No sé lo que Rosell habló con Rajoy, y no voy a hablar de mi reunión. Sí puedo decir que eso para nosotros no resuelve ningún problema. Esa fórmula ya está en vigor, que es lo que hizo el Gobierno anterior en agosto cuando permitió a cualquier empresario durante dos años contratar como quiera.

¿Usted también cree que el Gobierno debe abrir una mesa de negociación tripartita?

Parece razonable, si el Gobierno va a tomar decisiones. En el discurso de investidura se incluye un plan de empleo juvenil. Eso es tripartito, y lo tendríamos que analizar. También hay otros temas que lo requieren, como las mutuas y absentismo.

Faltan 25.000 millones de ajuste, ¿un hachazo así merece una movilización?

Nosotros estamos en la lógica del diálogo. Hay que hacer mucha pedagogía y explicar mucho porque hay muchas falsas expectativas. Las organizaciones sindicales tenemos que afanarnos en la negociación y en hacer una explicación de fondo de nuestras alternativas. Pero si sobre los 15.000 millones ya recortados añades otros 25.000, el problema del paro se agravará. Hay ámbitos en los que nos estamos movilizando, como en las administraciones públicas por lo que está sucediendo con el empleo público.

¿Lo próximo es una subida del IVA?

El Gobierno acaba de reconocer algo que siempre hemos dicho, que el problema de déficit en España no es un problema de gasto, que está por debajo de la media europea, sino de ingresos, porque la recaudación ha caído de forma brutal porque estaba enganchada a la especulación inmobiliaria. Eso exigiría una reforma fiscal integral: IRPF, Impuesto de Sociedades, SICAV, Patrimonio, Sucesiones, módulos

¿Qué le parece el recorte en las subvenciones a los sindicatos?

Sólo aclarar que las subvenciones son una cantidad muy limitada, están en función de la representatividad y la cobran todos los sindicatos sin excepción. Son una parte minúscula; otros son programas en los que participamos. En el apartado de formación reivindicamos nuestro papel y el de la patronal: hemos conseguido que la formación llegue a más de cinco millones de personas y llegue a las pymes. Creo que hemos cometido el error de no haber explicado su papel y alcance.

¿Qué tiene que pasar en el PSOE?

Tienen que resolver la situación cuanto antes. Las heridas son profundas y diversas, el problema no es federal, están todos los territorios. El PSOE era un pilar central de la democracia española y en el sistema de partidos, y ahora no lo es tanto. También tiene que recuperar autenticidad. El debate se tiene que llevar de tal manera que al día siguiente el partido socialista salga con más fuerza y más unidad. Para mí, el debate no es de rostros, sino de fondos. El congreso tiene que ser el exponente del proyecto del siglo XXI del PSOE.

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