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Cernuda "dotó de sentido moral a la poesía", según su biógrafo

EFE

Luis Cernuda, además de ser uno de los poetas más importantes del siglo XX, "dotó de sentido moral a la poesía y la hizo insobornable". Esta es una de las conclusiones que que extrae Antonio Rivero Taravillo, tras décadas investigación, y que ahora ha plasmado en "Luis Cernuda. Años españoles 1902-1938".

Un libro con el que obtuvo el pasado mes de setiembre el premio Comillas, que ya está en la calle editado por Tusquest, y que constituye el primer tomo de la biografía "canónica" del gran poeta sevillano de la generación del 27.

Escritor, traductor y también sevillano, Rivero Taravillo (1963) ha explicado hoy a Efe, que su fascinación por Cernuda le viene de tiempos de adolescencia. "Me interesó de él, su soledad y autenticidad, su personalidad enigmática, su hermetismo y ese deseo que tenía, desde jovencito, de salir de Sevilla porque se sentía asfixiado".

Y así, tras una un "rastreo documental y la ordenación rigurosa de varios aspectos de su vida", Taravillo ha creado la biografía de Cernuda "más completa hasta la fecha", según el jurado del premio y la editorial Tusquest, que publicará también el futuro segundo tomo, que abordará todo el exilio de poeta, desde 1938, hasta su muerte en México, tras pasar por Inglaterra y Estados Unidos, en 1963.

La infancia del autor de "La realidad y el deseo", sus amistades, el entorno escolar y la figura de su padre, un militar que estuvo destinado en las islas Baleares durante años, y "cuya ausencia constante y su severidad marcaron al escritor, al igual que su entorno avasalladoramente femenino", precisa Rivero Taravillo, ocupan buena parte de las páginas de este libro.

"Yo me atrevería a decir, sin querer meterme a psicoanalista, que esta ausencia constante del padre tienen mucho que ver con la opción sexual del poeta", precisa el biógrafo."

Pero otro de los aspectos que Taravillo aborda en este libro es el deseo constante del autor de "Los placeres prohibidos" de salir de Sevilla.

"Cernuda quedó harto de Sevilla, quería venir a Madrid, ser diplomático y viajar. Y así, en estas páginas el poeta deja escrito: "una constante de mi vida ha sido actuar por reacción contar el medio donde me hallaba. Eso me ayudó a escapar al peligro de lo provinciano...", dice.

Unido a la generación del 27, aunque siempre "conservando su mascara", Cernuda fue gran amigo de Lorca, y no se llevó mal con Alberti, quien dijo de él que era "el cristal capaz en un instante de romperse", ni con Damaso Alonso, Guillen o Salinas, que escribió de él que era "difícil de conocer. Delicado. Pudorosísimo, guardándose su intimidad para él solo, y para las abejas de su poesía que van y vienen trajinando allí dentro".

Pero para Taravillo, "al margen de que sus poemas fueran dirigidos mayormente al genero masculino", Cernuda es el poeta "romántico por excelencia porque es el que mejor escribió sobre el amor, el deseo, la soledad y el sufrimiento. Transcendía toda la realidad, era sublime".

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