Los Chichos han aclarado en una entrevista con Efe que el título de su último disco, "Hasta aquí hemos llegado", significa en realidad "hasta aquí hemos llegado... de momento" y que no tendrán herederos artísticos "hasta que no salgan tres voces aguardentosas y rotas" como las suyas.

"Lo que hoy llaman fusión ya lo hacíamos nosotros" hace 35 años, dijeron en alusión al primero de sus trabajos, el inicio de una carrera jalonada por 20 discos, 20 millones de copias vendidas, 12 discos de platino, 10 discos de oro y 12 casetes de oro, una trayectoria que ahora celebran con "Hasta aquí hemos llegado", que en una semana se ha aupado al tercer puesto de ventas.

Sergio Dalma, Medina Zahara, Peret, Pitingo, Andy y Lucas, Bebe, Camela y "Los Delinqüentes" son algunos de los 16 artistas o grupos que han interpretado otras tantas canciones en este nuevo disco con el que Los Chichos esperan que los españoles se alegren las Navidades "y se olviden de la crisis", aunque pidieron que no lo compren en las mantas, ya que les ha costado casi seis años de trabajo.

Estopa hizo el primer homenaje a Los Chichos que trascendió al gran público, con aquello que decía "el de en medio de Los Chichos se me ha aparecido en sueños", algo que hoy agradecieron Julio González Gabarre (52 años), Emilio González Gabarre (60 años) y Emilio González García (38 años e hijo del anterior), quien sustituyó al fallecido Juan Antonio Jiménez Muñoz, "Jero".

Los tres siguen viviendo en el Pozo del Tío Raimundo, el barrio madrileño del que son originarios y del que no piensan salir, porque, explicaron, "ahora se vienen a vivir allí los nuevos ricos", con lo que bromearon con la posibilidad de hacerse millonarios con el nuevo disco y no tener que cambiar de barrio, en lo que nunca han pensado.

Cuando salió el primer disco, tres años tenía Emilio González García, quien ahora afirma que "ya no grabamos por grabar, si no hay algo que nos motiva" para explicar los ocho años de silencio del grupo, lo que consideran que no les ha hecho mella por la fidelidad de su público, cuya media de edad sigue siendo de veinte años, según comprueban en sus actuaciones.

Julio explicó que las letras de sus canciones se han suavizado; "ahora hablan de amor, de primavera, de bohemia, con suavidad", mientras que antes, añadió, "expresábamos en las grabaciones lo que le tocaba ejecutar a los políticos", hablando de libertad, de drogas, de presos y, señaló Emilio hijo, "cantando hace 25 años una que decía 'papa tu no pegues a la mama'", cuando nadie hablaba de malos tratos.

"Expresamos la verdad", señaló Emilio padre para asegurar que rechazan la poesía bucólica, que cantan lo que ven en la calle, hasta el punto de que aseguró que un admirador le confesó que se casó por una canción de Los Chichos, mientras que un amigo de Emilio hijo le dijo en otra ocasión: "Sois la banda sonora de mi vida".

Sobre su estilo musical, rechazaron encasillarse como rumberos: "Hacemos la rumba aflamencada, hacemos flamenco-pop", señaló Emilio padre, mientras que su hijo matizó: "También somos boleristas".

"Sin proponérnoslo, hacemos canción protesta", añadió Emilio hijo, quien recordó el tema que dedicaron a las madres de los yonquis y la facilidad con que la gente se identifica con sus letras por tratar de problemas que todo el mundo siente o conoce, mientras que Emilio padre explicó que el nombre del grupo se debe al apelativo familiar que él tenía de niño, "El Chicho".

"Todos los años caemos presos un par de horas", bromeó Emilio hijo sobre su visita anual a alguna cárcel para cantarles a los presos, mientras anunciaron que el 11 de diciembre presentarán el DVD de la película sobre "El Vaquilla", de la que hicieron la banda sonora, en la prisión de Soto del Real (Madrid).

Precisamente, al pedirles que eligieran una de las más de 300 canciones que han hecho, Julio interrumpió la entrevista, cogió una guitarra para cantar "Oh, libertad", que dice "... y tuve que robar para vivir / la mala suerte me acompañó / acabo de salir en libertad / llego a mi casa, no encuentro a nadie..."