Las autoridades chinas liberaron hoy a tres japoneses acusados de espionaje en una zona militar, pero un cuarto, Takahasi Sada, continuará retenido y bajo arresto domiciliario, informó hoy la agencia oficial Xinhua.

Los cuatro japoneses, al parecer trabajadores de la empresa Fujita, fueron detenidos el 20 de septiembre en la ciudad de Shijiazhuang, capital de la provincia norteña china de Hebei, cuando grababan con vídeo en una zona militar china.

Según la agencia japonesa Kyodo, los detenidos estaban en el lugar haciendo preparativos para un proyecto de procesamiento de armamento químico abandonado por el Ejército japonés al final de la II Guerra Mundial, pero China les investigó por presunto espionaje.

La detención se interpreta en medios japoneses como una represalia de China por el arresto, también este mes, de 15 marineros de un barco pesquero chino que colisionó con dos guardacostas de Japón en las islas Diaoyu-Senkaku, disputadas por los dos países pero administradas por Tokio.

Aquel incidente, que causó un tenso conflicto diplomático entre las dos potencia asiáticas, siguió la misma pauta que el actual, ya que días después de la detención las autoridades niponas liberaron a todos los sospechosos menos a uno, el capitán.

Éste estuvo retenido dos semanas más y finalmente fue puesto en libertad el pasado fin de semana.

Las islas Diaoyu albergan importantes yacimientos de petróleo y gas natural, y son sólo uno de los temas que dividen desde hace décadas a China y Japón, países en los que la guerra que enfrentó a ambos entre 1937 y 1945 dejó heridas sin cicatrizar.