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El Cigala rescata del limbo a Jerry González

El músico neoyorquino de jazz debuta en Cigala Music, el nuevo sello discográfico del cantaor. González y su banda presentan su disco en Madrid el día 28

CARLOS FUENTES

Un cineasta de ojo fino dijo de él que es el 'Rimbaud del jazz latino'. Jerry González, el influyente trompetista y percusionista que aterrizó en España con el proyecto Calle 54, vuelve a las andadas. Versión musical de Curro Romero, mitad genio, mitad diablo, el líder de la Fort Apache Band ha sido rescatado del limbo por Diego El Cigala, que produce su nuevo disco. Avísale a mi contrario que aquí estoy yo, el estreno de Jerry González y Los Comandos de la Clave, será el primer capítulo de su propio sello, Cigala Music.

La idea de recuperar a González que presentará el disco el próximo 28 de marzo en la Sala Clamores de Madrid surgió una tarde en San Juan de Puerto Rico, ciudad de raíz familiar para este gigante del jazz afro-cubano nacido en el Bronx (Nueva York) en 1949. Lo recuerda El Cigala: 'Allí lo sentí triste. Miré largo rato aquel gigante encorvado, sin saber dónde terminaban sus dramáticos dedos y dónde empezaba su trompeta. Y me di cuenta qué añoraba'.

Con plan en mente, cantaor y trompetista regresaron a Madrid. 'Necesitaba un empujón, y qué mejor que abrir mi sello con él. Jerry es un músico de la vieja guardia, de los que ya no quedan. Tiene mucho corazón, y absorbe lo que le echen, como hizo cuando trabajó con Dizzy Gillespie y Tito Puente'.

En apenas dos días de grabación, salió el repertorio nutritivo de Avísale a mi contrario que aquí estoy yo, bautizado con el nombre de una pieza que Tito Rodríguez popularizó en la época dorada del jazz latino en Nueva York. Es, además, el único tema que canta Diego Ramón Jiménez Salazar (Madrid, 1968), al que Camarón de la Isla apodó Dieguito El Cigala una mañana graciosa de cante y vinos en el Rastro madrileño. 'El jazz, como creo que también ocurre con el flamenco, no puede ser enseñado como si fuera un ejercicio de matemáticas. Alguien puede mostrarte cuál es el camino, pero seguirlo es cosa tuya', explica el veterano artista.

Músico y productor rebosan satisfacción por un proyecto que completan tres instrumentistas cubanos, habituales del circuito de jazz nacional: el bajista Alain Pérez, el pianista Javier Massó Caramelo y el baterista Kiki Ferrer, con colaboraciones del percusionista flamenco Israel Suárez Piraña. 'Es un disco muy fresco', añade El Cigala sobre piezas de largo recorrido como Resolution, In a sentimental mood, Love for sale, Obsesión y Tenderly. 'Este trabajo no lo podía haber hecho en Nueva York porque allí la gente me tiene demasiado respeto. Y eso impide investigar para buscar cosas nuevas', asegura González, que en 2002 ya fundió jazz afro-cubano y aires gitanos junto a Los Piratas del Flamenco.

Clásicos, pero vanguardistas

'Mi primer encuentro con el flamenco se produjo con Sketches of Spain, pero tardé muchos años en enterarme de que Miles Davis había sacado esos sonidos de los cantes de la Semana Santa de Sevilla. Ese disco fue todo un descubrimiento y desde entonces la semilla del flamenco se quedó guardada en mi cabeza', recuerda González, que se ha sacado una espina con este disco.

Pero González, capitán de la Fort Apache Band de la que el prestigioso musicólogo Nat Chediak asegura que 'llevan tanto tiempo en la vanguardia del jazz latino que ya son clásicos y todavía no se enteran' todavía guarda un poso amargo, por lo que entiende influencia perniciosa de lo comercial en el jazz latino contemporáneo. Habla sin tapujos y no deja títere con cabeza, pero prefiere no entrar en peleas a distancia. Él intenta, dice, ampliar una trayectoria en la que se han cruzado ya músicos como George Benson, Rashied Ali, Bebo Valdés, Jaco Pastorius, Chico OFarrill, Patato Valdés, McCoy Tyner y Paco de Lucía, entre otros. Porque a los enemigos, aclara, los echa a un lado. 'Es que ellos no saben que yo como candela', y se despide entre carcajadas.

 

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