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El club acusado de agresión racista, expulsado del fútbol

Los Mossos dicen que les informaron malde la fecha del partido, al que llegaron tarde

GUSTAVO FRANCO

Será muy difícil convencerlos para competir otra vez en la tercera división del fútbol catalán. 'Están acojonados, mis compañeros no quieren ser reconocidos por los agresores', cuenta Ernesto Sukerman, presidente del Rosario Central, el equipo de fútbol formado por inmigrantes que el sábado fue agredido por los jugadores del Bada Bing, integrado por Boixos Nois, los aficionados radicales del Barcelona.

Los hechos ocurrieron en el campo del barrio Sant Martí de Barcelona y ni siquiera la reunión con el presidente de la Federación Catalana de Fútbol (FCF) logró tranquilizar a Sukerman: 'Cuando aclaren la situación decidiremos si retiramos al equipo'. La Comisión Antiviolencia de la FCF aprobó la expulsión inmediata de los agresores e instó a la Comisión de Disciplina a abrir un 'expediente extraordinario para aplicar las máximas sanciones y la inhabilitación de los acusados'.

Los Mossos dEsquadra han abierto una investigación, pero no asumen responsabilidades. El cuerpo informó de haber recibido dos llamadas, una primera sobre los 'gritos e insultos' y una segunda ya sobre las agresiones, 20 minutos después. Al llegar los agentes, la Guardia Urbana había 'controlado la situación'.

Un error administrativo pudo causar que los Mossos no estuvieran presentes desde el inicio del partido, como reclamó el Rosario. La policía aseguró a Público que la FCF hizo este pedido para otro partido del Bada Bing.

Supuestamente, los agresores pertenecían al Lope de Vega, expulsado en el 2006 por violento. Este hecho, junto a las heridas de los cinco agredidos, que fueron atendidos en el Hospital del Mar de Barcelona, prueban 'la presencia del racismo en nuestra sociedad', según SOS Racismo.

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