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El coeficiente intelectual bajo, un riesgo para el corazón

Reuters

La inteligencia es el segundo factor, después de fumar, que actúa como determinante en la enfermedad cardíaca, dijeron el miércoles un grupo de científicos, lo que sugiere que, para que funcionen, pueden ser necesarias campañas de salud pública destinadas a personas con coeficientes intelectuales más bajos.

La investigación del Consejo de Investigación Médico (MRC) británico halló que los coeficientes intelectuales más bajos estaban asociados con índices superiores de dolencias cardiacas y muerte, y eran indicadores más importantes que cualquier otro factor de riesgo, salvo fumar.

Las dolencias cardiacas son la principal causa de muerte en hombres y mujeres en Europa, Estados Unidos y la mayoría de los países industrializados.

Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes son la causa del 32 por ciento de todas las muertes registradas en el mundo en 2005.

Es bien sabido que las personas con menos preparación y menores ingresos a menudo tienen un riesgo mayor de tener una mala salud. Los estudios han apuntado a muchas razones posibles, como el acceso limitado a la atención médica y otros recursos, las condiciones peores de vida, el estrés crónico y unos índices mayores de factores como el tabaquismo.

El estudio de MRC, que analizó datos de 1.145 hombres y mujeres de alrededor de los 55 años y los siguió hasta 20 años, indicó que los principales riesgos para sufrir una enfermedad cardiaca son fumar, el coeficiente intelectual, los ingresos bajos, la presión arterial alta y la actividad física baja.

en particular la postura de una persona hacia los "comportamientos saludables".

Quienes ignoren o no comprendan los consejos respecto al riesgo de fumar o el beneficio de la dieta sana y el ejercicio para la salud cardíaca tendrían probablemente un riesgo más elevado, según escribieron en un estudio en la publicación European Journal of Cardiovascular Prevention.

CAMPAÑAS DE INFORMACIÓN

Batty dijo que era importante reconocer las implicaciones en salud pública de estos hallazgos; es decir, que las capacidades que refleja el coeficiente intelectual de una persona podrían ser importantes para el control del riesgo de enfermedad.

"Desde la perspectiva de la salud pública, existe la posibilidad de que el coeficiente intelectual pueda incrementarse, habiéndose obtenido resultados diferentes de pruebas de aprendizaje temprano y programas escolares", dijo.

Ioanna Tzoulaki, profesora de epidemiología en el Imperial College London, estuvo de acuerdo en que el impacto de la salud pública es importante.

"Las campañas de salud pública deberían centrarse en factores de vida que han mostrado que influyen en los niveles de coeficiente intelectual y en abordar las desigualdades sociales", dijo en un comentario sobre el estudio.

"Al mismo, los mensajes de salud pública por riesgos conocidos, como la dieta, pueden tener que ser simplificados", añadió.

La Fundación Británica del Corazón (BHF) dijo que un etiquetado mejor de los alimentos, con un código de colores fácil de leer para los alimentos con alto, medio y bajo riesgo darían a los compradores "información a primera vista" y les ayudaría a optar por productos más saludables. .

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