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Coentrao, un lateral con alma de extremo

EFE

Si el hombres es él y sus circunstancias, como sostenía el pensador español José Ortega y Gasset, el futbolista portugués Fábio Alexandre da Silva Coentrao, nuevo jugador del Real Madrid, puede ser un buen ejemplo de dicho postulado filosófico.

Extremo en cuerpo y alma, Coentrao se ha convertido en un lateral de clase mundial después de tener que adaptarse a una posición ajena obligado por las circunstancias del Benfica, su club durante las dos últimas temporadas.

Nacido el 11 de marzo de 1988, en Vila do Conde (norte de Portugal), el lateral con alma de extremo se crió en el humilde barrio de Caxinas, habitado en su mayoría por descendientes de pescadores.

El principal equipo de la ciudad, el Río Ave, le dio su primer oportunidad como profesional al debutar en 2005 en la primera División. La temporada 2006-2007 fue la de su confirmación y se ganó el apodo de "Figo de Caxinas" por sus dotes técnicas y capacidad de desborde.

En julio de 2007, el futbolista, considerado ya un talento emergente, fichó por el Benfica, que lo cedió en diciembre al Nacional de Madeira -16 partidos y cuatro goles- y en verano de 2008 al Zaragoza, al que llegó como parte del traspaso del argentino Pablo Aimar al conjunto luso y en el que apenas disputó un encuentro.

Su paso por el club español, entonces en Segunda División, fue polémico, ya que los rumores sobre sus salidas nocturnas afectaron a su rendimiento y el técnico, Marcelino García Toral, le retiró totalmente su confianza.

En enero de 2008, regresó al Río Ave, al que salvó del descenso con sobresalientes actuaciones. El Benfica, a petición de su entonces nuevo técnico, Jorge Jesús, recuperó al joven extremo en la temporada 2009-2010.

Su salto a la fama se produjo en aquel curso, cuando Jesús, descontento con el rendimiento del argentino Shaffer, le colocó en el carril izquierdo.

A pesar del riesgo que entrañó la decisión -se le vió en dificultades en algunos encuentros-, Coentrao aprendió a defender y emergió como un exuberante defensa cuya aparente fragilidad física -mide 1,78 y pesa 66 kilos- la suplió con velocidad, técnica y disciplina táctica.

Campeón de Liga con el Benfica en 2010, su sensacional fin de campaña le llevó al Mundial de Sudáfrica del pasado año como titular indiscutible.

Portugal cayó en octavos de final frente a España, pero las cabalgadas del rubio Coentrao admiraron al mundo futbolístico. Su vocación ofensiva y capacidad de asociación se revelaron como dos de sus principales armas.

Después del Mundial, el Bayern de Múnich alemán tanteó su contratación, aunque su elevada cláusula de 30 millones de euros (43,4 millones de dólares) disuadió al equipo germano.

En la última temporada, Coentrao ha mejorado su nivel, a pesar de la decepcionante temporada del Benfica, que acabó segundo en Liga a más de 20 puntos del campeón Oporto.

Su compromiso y garra le sirvieron para ganarse el reconocimiento de la populosa afición encarnada, sedienta de ídolos después de varios años grises a nivel deportivo, y que volvió a darle muestras de cariño hace una semana, cuando se incorporó a la pretemporada con el resto de sus compañeros en el Benfica.

Sin embargo, Coentrao no viajó ayer, lunes, con la expedición del Benfica a Nyon (Suiza) para hacer la pretemporada con los lisboetas, en un anticipo de su fichaje por el Madrid, que se cerró hoy.

Coentrao volverá a coincidir en el Real Madrid con el argentino Angel Di María, con quien -además de compartir representante, el luso Jorge Mendes- construyó hace dos temporadas al servicio del conjunto lisboeta uno de los carriles zurdos más temibles de Europa.

Antonio Torres del Cerro

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