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Colas bajo la lluvia para no perderse los tesoros de la Biblioteca Nacional

EFE

"Me emociona el interés que revelan estas colas de gentes con sus paraguas esperando para disfrutar con nuestra riqueza patrimonial", expresaba hoy a EFE la directora de Acción Cultural de la Biblioteca Nacional, Ana Santos, al contemplar bajo la lluvia el inicio de su VI jornada de puertas abiertas.

La gran afluencia a esta visita festiva que precede al 23 de abril -Día del Libro-, en la que el principal centro documental del país saca a la luz algunas de sus joyas y tesoros, se mantuvo pese a la lluvia, y 150 voluntarios entre bibliotecarios y ayudantes dieron sus explicaciones o respuestas a los 1.500 visitantes que lograron acceder.

El obsequio de este año fue un pliego de cordel que ilustra y comenta la Constitución de 1812. Como complemento del recorrido y ya sin guía pudieron contemplar las muestras "Miradas sobre la guerra de la Independencia" e "Imagen en el verso".

Pero no pudieron ver los mapas de Ptolomeo y otras piezas sustraídas y casi todas recuperadas, que se exhibirán más adelante -del 6 al 11 de mayo- en la Biblioteca.

El cupo de entrada se cerró pasada la una de la tarde, algo después que el año anterior y el reparto de los números para acceder al interior, por riguroso orden de llegada, tuvo incluso que dejar fuera a algún "frustrado", que quedó invitado a regresar el año próximo.

Gentes de todas las edades y muchos extranjeros pudieron conocer por dentro una institución creada en 1712 por Felipe V como biblioteca pública, denominada Biblioteca Nacional en 1836, y hoy cabecera del sistema bibliotecario y depósito del patrimonio bibliográfico con 26 millones de documentos.

Libros, revistas, mapas, grabados, dibujos, partituras, folletos o discos componen este fondo documental. "Todo lo que se publica en España entra a formar parte de nuestras colecciones", explicaba una de las bibliotecarias a unos adultos asombrados por el impresionante ritmo de crecimiento que hace que incluso el nuevo depósito de Alcalá de Henares (Madrid) empiece ya a quedar pequeño.

Otro voluntario enseñaba el 'armario' o depósito de digitalización que aumenta la capacidad de almacenamiento "uno de nuestros problemas mas acuciantes".

Los grupos entraron por turnos y empezaron su visita, de casi una hora, por el Salón General de Lectura, para luego seguir distintos recorridos -uno por la sala de Revistas y otro por la de Bellas Artes- evitando coincidir todos a la vez, y acabaron contemplando, en las salas de Goya o del Patronato, algunas joyas que no se exponen habitualmente al público.

Un de los Beatos de Liébana, el de Fernando y doña Sancha, de 1047 o el libro de horas de Leonor de la Vega, hermana de Garcilaso, eran en esta ocasión parte de los tesoros 'desempolvados'.

Entre las joyas que lucían en las vitrinas para la ocasión se podía admirar también una edición de Nuremberg del siglo XV, "Crónica de la Historia del Mundo", con 1.800 xilografías de un maestro de Durero sobre temas bíblicos y profanos.

El visitante se pudo hacer una idea no sólo de las colecciones, sino de los espacios, recursos, servicios o forma de trabajar en la Biblioteca Nacional.

En la sala de revistas, un bibliotecario mostraba un facsímil de mucho éxito, "La estampa de Burgos", de 1828, que incluyó por primera vez publicidad logrando rebajar el precio a 30 céntimos de la época, con 48 páginas.

Un poco más adelante algunos prestaban atención a un titular de prensa: "La palabra libre" en un ejemplar de la época de la República que daba cuenta del debate de ideas de aquel momento.

El año pasado 115.000 personas acudieron a la Biblioteca Nacional, a sus salas de Bibliografía y Catálogos, Revistas o Documentación Bibliotecaria. La base de datos incluye el aumento cada año de mas de 150.000 registros y más de 500.000 fondos; actualmente, más de tres millones de obras distintas y más de seis millones de ejemplares.

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