El embajador de Colombia ante la OEA, Luis Alfonso Hoyos, entregó hoy al secretario general del organismo interamericano, José Miguel Insulza, un documento sobre las recientes "amenazas" bélicas de Venezuela.

El documento entregado a Insulza, según un comunicado de Colombia distribuido en Washington, es "referente a las amenazas de Venezuela del uso de la fuerza en contra del pueblo colombiano y otros aspectos sensibles".

El diplomático colombiano dio a Insulza la documentación dos días después de que su colega ante la ONU, Claudia Blum, hiciera lo propio ante el Consejo de Seguridad.

"El objetivo del Gobierno Colombiano es mantener informada a la OEA y a su secretario general sobre este delicado asunto", señaló el Ejecutivo del presidente Álvaro Uribe.

"Colombia espera que las autoridades venezolanas identifiquen y castiguen a los responsables de los recientes asesinatos de ciudadanos colombianos. También se espera cooperación para enfrentar a narcotraficantes y terroristas así como el cese de las continuas amenazas contra nuestro país", indicó Bogotá asimismo.

El pasado martes, Insulza hizo un llamamiento a los Gobiernos de Colombia y de Venezuela para que restablezcan el diálogo y resuelvan así las tensiones entre ambos países.

En un comunicado, el secretario general de la OEA afirmó que "los problemas comunes deben ser resueltos conjuntamente y las divergencias deben solucionarse mediante canales diplomáticos".

Recordó, asimismo, la necesidad urgente de realizar un esfuerzo de cooperación e integración en la frontera común entre ambos países.

Insulza consideró que los esfuerzos de terceros para facilitar el diálogo entre ambos Gobiernos, "son un buen camino para promover acercamientos y discutir los distintos puntos de vista".

En este sentido, dijo que la reunión bilateral sugerida por el Gobierno de Brasil en el marco del encuentro de países amazónicos en Manaos, el próximo 26 de noviembre, "se presenta como una valiosa iniciativa que puede ayudar en la solución de las tensiones".

El pasado domingo en su habitual alocución televisiva, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, invitó a los venezolanos a prepararse para una eventual guerra con Colombia.

Chávez ordenó a finales de julio "congelar" las relaciones con Colombia en respuesta a las acusaciones de Bogotá sobre el supuesto desvío de armas que Venezuela compró a Suecia y que el Ejecutivo colombiano dijo que halló en poder de las FARC.

A esto se sumó las tensiones creadas a raíz del convenio militar firmado entre Bogotá y Washington, que prevé el uso de hasta siete bases colombianas por las fuerzas de EE.UU., lo que ha llevado al colapso del comercio bilateral y que Chávez ve como una amenaza.

Desde entonces, los municipios fronterizos de ambos países han sufrido cierres de paso y se han producido hechos violentos como la muerte de diez colombianos, que formaban parte de un grupo de doce personas que fueron secuestradas en Venezuela, y el asesinato de dos miembros de la Guardia venezolana.

Chávez ha atribuido después sus recientes declaraciones a una "manipulación mediática" el que sus "reflexiones" sobre la crisis con Colombia hayan sido presentadas como un llamamiento a la guerra y aseguró que su objetivo es "asegurar la paz".