Público
Público

"El comercio de armas no tiene justificación"

Rebecca Peters, directora de IANSA. Considera que es necesaria una actuación internacional para controlar el uso de armas

JORGE GARCÍA

Rebecca Peters empezó su lucha contra la posesión ilegal de armas cuando en su país natal, Australia, un padre mató a toda su familia sin motivo alguno a principios de los años 90. La Policía descubrió que el padre tenía en su poder seis pistolas.

¿Qué países se benefician más con el comercio internacional de armas?

Quienes obtienen mayores beneficios realmente son los traficantes, narcotraficantes e insurgentes. Si hablamos de países, los mayores exportadores de armas ligeras son Estados Unidos, Rusia, China, Alemania y Brasil. Es decir, los países más ricos.

España creó el año pasado una ley que regula las armas convencionales. ¿Está cumpliendo la normativa?

Sí. El Gobierno de España se ha involucrado muchísimo en el tema. Gracias a esa norma, éste será el primer año en el que se remita un informe al Parlamento y haya un verdadero debate político. Además, en el primer semestre del 2010, España presidirá la Unión Europea y puede impulsar un acuerdo comunitario sobre armas convencionales.

En Estados Unidos la sociedad es muy propensa a tener armas en su domicilio. ¿Por qué cree que ocurre?

En Estados Unidos existe un grupo de presión muy poderoso, la Asociación Nacional del Rifle. Sin embargo, su poder es un mito. Han creado a un hombre que ha de poseer armas. Se creen que esto es Hollywood, pero no vivimos en una película. De todas formas, hay 80 millones de estadounidenses con armas y sólo cuatro son miembros de esa asociación.

Normalmente se asocia seguridad con armas. ¿Es cierta esta relación?

En la Guerra Fría lo era, pero no en el mundo globalizado actual. Hay que adoptar una nueva actitud hacia la seguridad. La fuerza bruta importaba en décadas anteriores. Los grandes arsenales no garantizan más seguridad porque son un imán para insurgentes o narcotraficantes.

¿Cuántas personas mueren por el tráfico o el uso de armas convencionales?

Es una masacre lenta. Al año mueren entre 400.000 y 500.000 personas en el mundo. Y sólo en Brasil, por ejemplo, 40.000. Es una cifra impresionante. Pensemos que en Nagasaki murieron 170.000 personas. Pero parece que a los gobiernos les da igual.

¿Cuáles son las dificultades internacionales para controlar las armas cortas?

El mayor problema es que no hay un tratado internacional, que sí existe en el caso de las armas nucleares. Es muy paradójico porque no hay fallecidos por armas nucleares y sí por armas convencionales.

Entonces, ¿no existe voluntad para regular este problema?

Hay predisposición. Por ejemplo, la ONU creó en 2001 un programa de acción cuyo fin es criminalizar la posesión ilegal. El problema es que no es vinculante. Está ayudando, pero es necesario un tratado más ambicioso.

Económicamente, ¿es rentable para los países desarrollados mantener el comercio de armas?

No. Al año, aproximadamente, el comercio de armas convencionales mueve unos 5.000 millones de euros; sumando el legal y el ilegal. Sin embargo, el comercio mundial de café son más de 50.000 millones. No existe justificación económica para mantener el comercio de armas. Tiene que haber otra motivación.

¿Las sociedades son conscientes del problema que suponen las armas?

Normalmente, sí. El problema es que los gobiernos no las incorporan al diálogo.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias