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Compromiso tibio de los líderes mundiales en la 'Cumbre contra el Hambre'

Más de 60 jefes de Estado se comprometen en la Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria a reducir el hambre a la mitad... ¡en 2015!

JESÚS MORENO

Si las cosas de palacio van despacio, las que afectan al hambre en el mundo parece que mucho más. De nuevo, el compromiso que ha salido de la Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria, que se celebra en Roma, es difuso y a largo plazo: el enésimo compromiso de los mandatarios mundiales frente al hambre es reducir a la mitad el número de personas que sufren carencias alimentarias en 2015.

Dentro de 6 años, pues, deberían quedar en el mundo alrededor de 500 millones de hambrientos, ya que según el último informe de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)  el 'número de hambrientos crónicos' se situó en 2009 en 1.020 millones de personas en todo el mundo.

La sesión, como es de rigor en estas cumbres, ha estado llena de bonitas palabras y altos propósitos. El Papa Benedicto XVI ha inaugurado la cumbre proclamando que'el hambre es el signo más cruel y concreto de la pobreza' y, ha añadido que, pese a ello, 'se confirma que la tierra puede nutrir suficientemente a todos sus habitantes'. Añadió que 'no se puede continuar aceptando la opulencia y el derroche cuando el drama del hambre es cada vez mayor'.

Un bonito mensaje, pero la realidad necesita urgentemente algo más que palabras. Aunque a lo largo de los años se repiten los compromisos voz en alto contra el hambre y se suceden periodos de bonanza económica con otros de crisis, hay algo que no cambia: el hambre no desaparece. Según los informes de la FAO, 'en la década de 1980 y a principios de la de 1990 se alcanzaron progresos para reducir el hambre crónica debido en gran parte al incremento de las inversiones en agricultura'. Una reacción de miedo que balanceó a la crisis alimentaria mundial de principios de los 70.

Pero en los últimos 20 años, coincidiendo con un descenso sustancial de la ayuda oficial al desarrollo (AOD) dedicada a la agricultura, 'el número de hambrientos se volvió a disparar en todas las regiones'.

El director general de FAO, Jacques Diouf, resume el problema claramente: 'Los líderes mundiales reaccionaron con contundencia a la crisis económica y financiera y lograron movilizar miles de millones de dólares en un plazo de tiempo muy corto. La misma acción enérgica es necesaria para combatir el hambre y la pobreza'.

Desde hoy y hasta el miércoles más de 6o jefes de Estado y de Gobierno, -entre los que no estará el presidente español, Rodríguez Zapatero, que ha enviado a la ministra Elena Espinosa- divagarán sobre la problemática y trataran de ofrecer soluciones una vez más al drama del hambre.

Uno de los puntos que se tratará será el de la necesidad de aumentar en un 70% la producción agrícola para 2050, para alimentar a una población mundial que superará los 9.000 millones de personas y combatiendo, además, 'el cambio climático', según reza la declaración conjunta que han firmado los países intervinientes.

El presidente Zapatero no acudirá a la cumbre, en su lugar irá Elena Espinosa

Dicha declaración también pide un cambio de rumbo en la 'tendencia a la disminución de la financiación nacional e internacional para la agricultura, la seguridad alimentaria y el desarrollo rural en los países en desarrollo'.

Sobre estas ayudas económicas hablaron los presidentes de Chile y Brasil, Bachelet y Lula, quienes plantearon en Roma un discurso con líneas generales muy parecidas y que exige que, ante la crisis económica, no se deje a un lado la lucha contra el hambre, para cuya erradicación hace falta ese dinero utilizado por los gobiernos en el colapso financiero.

'Frente a la amenaza de un colapso financiero internacional, causado por la especulación irresponsable y por la omisión de los estados en la regulación y la fiscalización del sistema, los líderes mundiales no han dudado en gastar cientos y cientos de billones de dólares para salvar la caída de los bancos', dijo Lula. 'Con menos de la mitad de esos recursos, sería posible erradicar el hambre del mundo. La lucha contra el hambre sigue, sin embargo, prácticamente al margen de la acción de los gobiernos. Es como si fuera invisible', añadió.

Un argumento casi idéntico el que defendió su homóloga chilena: 'Así como el mundo fue capaz de gastar trillones de dólares para evitar el desplome económico, ahora es necesario un esfuerzo similar para evitar un desplome social'. 'Y la dimensión más grave, importante y urgente de este desplome social es el hambre. Por primera vez en su historia, la humanidad tiene más de mil millones de personas en situación de hambre, 53 millones de ellos en América Latina', dijo Bachelet.

Para conseguir los objetivos planteados en la lucha contra el hambre, los países participantes de la Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria se han propuesto cumplir cinco principios para impulsar este Objetivo de Desarrollo del Milenio: La inversión en planes nacionales que canalicen los recursos en esa lucha contra el hambre y la coordinación estratégica de los planos nacional, regional y mundial para mejorar su asignación son los dos puntos principales.

Los otros tres principios acordados apuestan por un planteamiento sobre seguridad alimentaria que actúe a corto, medio y largo plazo, así como por la mejora del sistema de actuación multilateral y la garantía del compromiso de los firmantes de la declaración sobre el mantenimiento de los recursos de ayuda. En 2015 millones de personas serán testigo de si esta vez si se han cumplido los compromisos de la cumbre.

 

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