El Tribunal Revolucionario de Teherán ha condenado a seis años de cárcel al político aperturista Ali Tayernia, miembro del comité central del "Frente de Participación Islámica" y al periodista opositor Ahmad Zeidabadi, informó hoy la prensa local.

El mismo tribunal ha puesto en libertad bajo fianza de 500.000 dólares a Mohamad Atrianfar, un activista reformista cercano al ex presidente iraní Ali Akbar Hashemi Rafsanyaní.

Según Husein Alizadeh Tabatabi, abogado de Atrianfar al que cita este miércoles el diario reformista "Etemad", su cliente, tiene ahora una plazo de veinte días para apelar la sentencia.

Atrianfar fue nombrado en 1992 director del diario "Hamshahri", cercano a la alcaldía de Teherán, y fue destituido cuando el ahora presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, fue elegido regidor de la capital en 2003.

Miembro del partido "Operadores de la Reconstrucción", cercano a Rafsanyani, fue detenido el pasado mes de junio junto a decenas de reformistas durante las multitudinarias protestas contra la reelección de Ahmadineyad, que la oposición califica de fraudulenta.

El diario "Aftaf-e Yazd" también se hace eco hoy de la condenada a seis años de cárcel respectivamente de otros dos activistas reformistas, Ahmad Zeidabadi y Ali Teyernía.

Zeidabadi, que colaboró en la campaña del candidato reformista derrotado el pasado junio Mehdi Karrubí, fue condenado asimismo a cinco años de exilio en la localidad iraní de Gonabad y a no poder ejercer actividad política y cargo público de por vida.

"Mi cliente había sido acusado de participar en los desórdenes de junio y amenazar la seguridad nacional. No podrá escribir ni hablar de política nunca más", explicó su abogado.

Ali Teyernía, igualmente detenido durante las protestas de junio, fue condenado "a cinco años de cárcel por amenaza a la seguridad nacional, a un año de prisión por propaganda contra la República Islámica y a 74 latigazos por insultar a las autoridades iraníes", explicó su letrado

Más de ochenta personas han sido condenadas en Irán a diversas penas de cárcel por su participación en las protestas de junio, que han sumido al país en la peor crisis política en los treinta años de República Islámica.

Además cinco personas han sido condenadas a muerte acusadas de instigar una conspiración urdida con ayuda del exterior para derrocar el régimen.

En la represión de las manifestaciones murieron alrededor de una treintena de personas -según cifras oficiales- y 72 de acuerdo con el cómputo de la oposición.