La Mesa del Congreso no calificará hasta la semana próxima la petición formulada por el PP para que el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, explique ante el pleno de la Cámara la decisión de retirar las tropas españolas de Kosovo.

De esta manera, si la comparecencia del presidente del Gobierno fuera acordada finalmente por los grupos parlamentarios, no podría celebrarse como muy pronto hasta dentro de un mes, durante la sesión plenaria que comenzará el próximo 21 de abril.

Según han explicado fuentes de la Mesa, en su reunión celebrada esta mañana los miembros del PSOE se han opuesto a calificar el requerimiento del PP bajo el argumento de que había sido registrado fuera de plazo para el orden del día sometido hoy a consideración.

El trámite de calificación es preceptivo para que después la Junta de Portavoces pueda debatir la comparecencia, de manera que el asunto ha quedado aplazado para el martes que viene.

Como es función de la Junta de Portavoces fijar el orden del día del siguiente pleno, si los portavoces lo vieran en su reunión de la semana próxima, no podría incluirse en el orden del día hasta la sesión que arrancará el 21 de abril, puesto que ni en la Semana Santa ni en la posterior hay plenos convocados.

Según fuentes del PP, en la reunión de la Mesa sus representantes han pedido que se revise el criterio según el cual sólo puede calificarse un escrito urgente -como es el caso de la petición de comparecencia de Zapatero- si hay unanimidad de todos sus miembros.

El grupo popular cuenta por ahora con el respaldo del PNV para forzar la asistencia del jefe del Ejecutivo a la Cámara Baja.

Entre tanto, está pendiente la comparecencia en comisión de la ministra de Defensa, Carme Chacón, quien el viernes pasado solicitó acudir al Congreso para explicar la decisión de la retirada de los soldados destacados en Kosovo.

Chacón anunció esta medida el jueves pasado, durante una visita a las tropas destacadas en el enclave; se generaron críticas en el ámbito internacional por la forma en que fue comunicada a la OTAN y también en España por parte de la oposición, que pese a estar de acuerdo con la decisión, ha reprobado las formas utilizadas.