Los dos mayores partidos de la República Checa, los gobernantes conservadores y los socialdemócratas en la oposición, han acordado convocar elecciones legislativas anticipadas para octubre próximo, tras la caída del Ejecutivo en funciones, liderado por el primer ministro, Mirek Topolanek.

Así lo anunció hoy el líder del Partido Socialdemócrata (CSSD), Jiri Paroubek, en declaraciones a la emisora televisiva CT1, después de reunirse anoche con Topolanek, jefe del gobernante Partido Democrático Ciudadano (ODS)

La crisis institucional en el país centroeuropeo, que preside este semestre la Unión Europea (UE), fue desencadenada por una moción de censura que puso fin al Ejecutivo de Topolanek tras dos años de legislatura.

Según explicó Paroubek, en la reunión de anoche ambos líderes abordaron la posibilidad de ratificar el Tratado de Lisboa en el Senado, y el jefe del Gobierno "se mostró receptivo" a aprobar dicho texto.

Por su parte, Topolanek indicó en una entrevista al diario "Pravo" que dicha medida se realizará "de la manera que haga menos daño a su partido", que se encuentra profundamente dividido.

La República Checa es el único país de la UE que aún no se ha pronunciado definitivamente sobre el documento comunitario.

Dicha ratificación en la Cámara baja en febrero pasado fue una de las causas de la caída del Gobierno, pues hizo que un diputado conservador, Jan Schwippel, votara contra su Gobierno en la moción del martes, y contribuyera así a su caída.

Para que los socialistas toleren a un Ejecutivo de coalición que pueda finalizar la gestión de la presidencia europea, Paroubek pidió que en el nuevo gabinete no figuren la actual titular de Interior, Ivan Langer, y la Fiscal General del Estado, Renata Vesecka.

"Se trató también de otros ministros, pero estamos dispuestos a hacer concesiones", dijo el líder socialdemócrata, que volverá a ponerse en contacto telefónico con Topolanek el domingo.

Sí que queda descartado un gobierno de expertos o tecnócratas, algo que el ODS no contempla.

Otro de los acuerdos entre conservadores y socialdemócratas es la creación de grupos de trabajo para resolver la crisis económica, algunas de cuyas medidas serán esta semana tramitadas en sendas sesiones extraordinarias del Parlamento.

El Partido Socialdemócrata también ha pedido un pacto de no agresión entre el Gobierno central, integrado por conservadores, democristianos y verdes, y los gobiernos regionales.

En las últimos comicios regionales de noviembre se produjo un vuelco electoral y esos Ejecutivos han pasado a estar dominados por los socialdemócratas, que han visto recortados ciertas partidas presupuestarias por la administración central.