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Crecen las dudas sobre la entrada de Gazprom en Repsol

Reuters

Un día después de conocerse los supuestos planes del gigante energético ruso Gazprom para hacerse con una participación de la petrolera Repsol YPF, han surgido dudas sobre la viabilidad económica y política de la operación.

El primero en mostrar su rechazo fue Mariano Rajoy, el líder de la oposición, al afirmar el jueves que estaba frontalmente en contra de que la empresa rusa compre la participación del 20 por ciento que Sacyr-Vallermoso tiene en Repsol YPF.

"Espero que al Gobierno ni siquiera se le pase por la imaginación el autorizar una operación de estas características", dijo Rajoy el jueves en declaraciones a la cadena Ser.

"Estamos hablando de un sector estratégico y mucha es nuestra dependencia energética para que esto se produzca", agregó.

Analistas en Madrid dijeron que Gazprom sería un buen compañero de viaje para Repsol gracias a sus enormes recursos de gas aunque también entre ellos surgieron dudas sobre la viabilidad de esta alianza dispar.

"Vemos complicada una operación con Gazprom por razones geo-políticas", dijo Banesto en una nota a sus clientes.

Según los analistas, el anuncio de los planes de Gazprom creó el mismo ruevuelo en el sector energético español que el que levantó hace dos años el plan del grupo alemán E.ON de hacerse con el control de Endesa.

Oficialmente, el gobierno español, cuya acción de oro en Repsol expiró a principios de 2006, no se pronunció sobre la conveniencia de la operación revelada por el vicepresidente ruso Alexander Zhukov y se limitó a decir que se trataría de una "operación privada empresarial".

No obstante, los analistas dijeron que al igual que en la fallida operación E.ON-Endesa, el Gobierno conservaba diversos mecanismos para proteger el sector energético -- incluyendo las reservas a participaciones estatales en el lado del comprador -- y para impedir la venta de Repsol al grupo ruso.

"Claro que se puede (impedir). Como lo han impedido otros países europeos", dijo Rajoy.

El político criticó también el manifiesto interés de Sacyr Vallehermoso de vender sea como sea su participación en Repsol, valorada actualmente en unos 3.500 millones de euros.

"Si ahora .. la promotora tiene problemas porque no vende pisos ese es su particular problema .... pero los intereses generales están por encima", dijo Rajoy.

Sacyr se ve presionada a vender activos para reducir su deuda que ha superado los 18.000 millones de euros a finales de junio, es decir la deuda equivale a 14,7 veces su resultado bruto de explotación en 2008, según cálculos de BPI.

Ante esta situación, algunos analistas dijeron que la colocación de Repsol sería actualmente una de las pocas fórmulas posibles para Sacyr para lograr capital de cara a sus vencimientos de deuda que superan los 2.000 millones de euros en 2009.

No obstante, agregaron que la venta de la participación -- adquirida en 2006 por unos 6.500 millones de euros -- produciría una fuerte minusvalía en las cuentas de la constructora y le privaría de una importante fuente de ingresos (244 millones de euros en 2008 en concepto de dividendos de Repsol).

"Repsol es una de las pocas entradas claras de caja de Sacyr en estos momentos y personalmente no considero muy probable que lo vendan a los precios actuales", dijo otro analista.

Dada la creciente oposición política, Banesto apuntó a la existencia de otros posibles interesados en la participación de Repsol y dijo que el grupo francés Total podría ser una opción interesante.

"Veríamos más probable una operación con Total ... aparte de ser más fácil para llegar a un acuerdo con el gobierno español", dijo el broker.

Independientemente de quién se presente a una eventual puja, los analistas dijeron que el comprador debería llevarse bien no sólo con el Gobierno español sino también con La Caixa, el otro gran socio de Repsol con una participación del 14,1 por ciento.

/Por Robert Hetz/

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