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La Cruz Roja verificó que la CIA torturó en sus cárceles

Un informe del organismo detalla los abusos cometidos contra los detenidos

 

ISABEL PIQUER

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha confirmado en un informe secreto, filtrado a la revista The New York Review of Books, que el Gobierno de George Bush torturó a varios sospechosos de Al Qaeda en cárceles secretas de la CIA. El documento confidencial, elaborado en 2007, reconoce que la CIA violó la legislación internacional, algo que quedó claro hace más de un año, cuando la agencia admitió haber destruido cintas de las grabaciones de sus interrogatorios más 'enérgicos'.

El informe de Cruz Roja confirma las torturas por primera vez dentro de un marco legal. 'El tratamiento al que fueron sometidos mientras estaban bajo custodia de la CIA, constituye tortura', sentencia la agencia internacional.

Cruz Roja registra las torturas por primera vez dentro de un marco legal

El documento, que fue presentado hace más de dos años a la Casa Blanca y a la propia CIA, fue filtrado al catedrático de periodismo Mark Danner, un colaborador habitual del The New York Review of Books, que lo colgó ayer en su edición digital. Detalla los abusos que sufrieron, en los años inmediatamente posteriores al 11-S de 2001, varios prisioneros sospechosos de terrorismo, abusos que califica de 'trato cruel, inhumano y degradante'.

Confidencialidad absoluta

En octubre y diciembre de 2006, después de que el Gobierno Bush sacara de las cárceles secretas a 14 detenidos considerados especialmente valiosos y los trasladara a Guantánamo, investigadores de Cruz Roja pudieron hablar con ellos para relatar el trato al que habían sido sometidos durante periodos comprendidos entre los 16 meses y cuatro años y medio, según los casos.

En septiembre de 2006, Bush negó tajantemente que se usara la tortura

Los malos tratos incluyeron los simulacros de asfixia (waterboarding), palizas, privación de sueño, mantener a los prisioneros atados en posturas incómodas durante largos períodos, 'bombardearlos' continuamente con ruidos, y 'manipular' sus dietas, entre otras medidas.

Al menos cinco copias del informe circularon entre la CIA y la Casa Blanca pero por razones obvias no se hicieron públicas porque la Cruz Roja asegura la absoluta confidencialidad de sus investigaciones.

Ayer el organismo internacional no negó la autenticidad de los extractos pero lamentó la filtración del material.

En el informe aparece el testimonio de Walid Muhamad bin Attash uno de los cinco principales sospechosos de los atentados del 11-S cuyo juicio preliminar se llevaba a cabo en Guantánamo hasta que Barack Obama decidió suspender las comisiones militares.Attash cuenta cómo le envolvieron en una sábana de plástico y 'vertieron cubos de agua fría sobre mi cuerpo', antes de llevarlo al interrogatorio.

El tema de la tortura es una larga sombra que persigue al Gobierno de Bush. En septiembre de 2006, el entonces presidente negó tajantemente que se usara la tortura. Desde entonces, varios testimonios, oficiales y no oficiales han confirmado todo lo contrario.

En enero, una responsable del Pentágono, Susan Crawford, reconoció por primera vez una entrevista al Washington Post, que uno de los presos de la cárcel, el saudí Mohamed Qhatani fue torturado en Guantánamo al principio de su detención, entre 2002 y 2003, por su presunta participación en los atentados del 11-S.

No todo el mundo está de acuerdo. Hace unas semanas, el ex vicepresidente Dick Cheney seguía respaldando los métodos de la CIA: 'Estos programas fueron esenciales a la hora de conseguir la información que nos permitió prevenir otros ataques como los del 11-S'.

 

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