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Cuatro bomberos mueren un incendio en Tarragona

Un cambio de viento acorraló a las víctimas, entre las que también hay dos heridos graves

ALBERT MARTÍN VIDAL

Pasadas las 19.00 horas de ayer, comenzó a llover sobre Horta de Sant Joan, en Tarragona. Para entonces, era demasiado tarde. Cuatro bomberos fallecieron y dos más resultaron heridos de gravedad en torno a las cuatro de la tarde durante los trabajos de extinción de un incendio forestal declarado el pasado lunes en el Parque Natural de Els Ports.

Todas las víctimas pertenecían al Grupo de Refuerzo de Actividades Forestales (GRAF) y estaban trabajando en primera línea ante las llamas, cuando un inesperado cambio de viento los cercó y los dejó rodeados por el fuego. Los dos heridos de gravedad fueron trasladados al hospital del Vall dHebron con quemaduras y al cierre de esta edición se desconocía su estado. Uno de ellos tiene quemaduras en el 70% de su cuerpo.

Este trágico desenlace llegó después de que a mediodía de ayer el fuego se diera por controlado. Sin embargo, pasadas las 15.00 horas, el viento se levantó, reactivó las llamas y convirtió el incendio en una fuerza desatada e impredecible. 'En ningún momento se bajó la guardia', aseguró Joan Boada, director general de Interior, que añadió que 'estos tristes hechos demuestran la dedicación de los bomberos'. Desde el año 2000, al menos 47 personas han muerto mientras participaban en la extinción de incendios.

La unidad donde se encontraban las víctimas de ayer todas pertenecientes a la GRAF de Lleida trabajaba en ese momento en el puerto de Beseit, a una altitud significativa sobre el nivel del mar. Fuentes de los Bomberos de la Generalitat confirman que el Parque Natural de Els Ports es una zona compleja para las labores de extinción porque 'los vientos cambian mucho y el terreno es de difícil acceso'.

La tarde de ayer fue una pesadilla para los habitantes de Horta de Sant Joan. A los rumores que llegaban al pueblo sobre el trágico incidente, se añadía la proximidad de las llamas. El Ayuntamiento de la localidad pidió a los vecinos que se confinaran en sus casas con las ventanas y puertas cerradas para evitar intoxicaciones a causa del abundante humo que llegaba a la localidad. Además, pidió a los habitantes que se proveyeran de agua para hacer frente al fuego en caso de necesidad. La tensión fue tal que durante la tarde se habilitó en el polideportivo del pueblo un hospital de campaña improvisado para prevenir la llegada de posibles heridos.

El tiempo tampoco ayudó: por la tarde, hubo ráfagas de viento de 60 kilómetros por hora. Además, para hoy se prevé una nueva ola de calor que podría mantener temperaturas de más de 30º en Catalunya. Al cierre de esta edición, el fuego había arrasado 800 hectáreas pero ya no avanzaba hacia núcleos urbanos tras el intenso trabajo de 70 medios terrestres y 12 aéreos.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, contactó ayer con el presidente de la Generalitat, José Montilla, desplazado de urgencia a la zona del incendio, para poner a su disposición los recursos del Gobierno. La tragedia ha hecho que el Parlament de Catalunya suspenda las sesiones sobre la financiación previstas para hoy y mañana.

A la zona se desplazaron también las ministras Carme Chacón y Elena Espinosa, y el conseller Joan Saura. La campaña de incendios está siendo pésima y a día de hoy ya se supera la superficie arrasada durante todo 2008. El pasado viernes un anciano falleció en otro incendio en Lleida.

 

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