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La decisión de Kaká deja bien parada a la Serie A

Reuters

Por Mark Meadows

La decisión del brasileño Kaká de permanecer en el AC Milan y rechazar al Manchester City es un enorme estímulo para la vacilante Serie A y va en contra de la idea de que el dinero siempre manda en el fútbol.

En los últimos años, el fútbol italiano se ha visto sacudido por un escándalo de amaño de partidos y por problemas con los hinchas violentos, al tiempo que sus principales equipos fueron eliminados por conjuntos ingleses en la última temporada de la Liga de Campeones.

Grandes nombres como Frank Lampard del Chelsea, un objetivo del Inter de Milán, rechazaron la Liga italiana, mientras que las incorporaciones de Ronaldinho y David Beckham al AC Milan fueron recibidas con escepticismo por algunos seguidores y expertos, que creen que su mejor fútbol ya pasó.

Pero la llegada al Inter del carismático técnico José Mourinho dio pie a la esperanza de que Italia no continúe cayendo tras las más populares ligas de España e Inglaterra, y el hecho de que Kaká se quede en Milán es otro logro.

"Es una señal importante para todo el fútbol italiano", declaró en un comunicado el presidente de la Liga italiana, Antonio Matarrese.

"No han llegado los recursos financieros, pero un recurso valioso se ha quedado. Es un asunto de gran prestigio que enriquece el valor del Milan y de nuestra liga", sostuvo.

Kaká, un hombre tranquilo y religioso con una impresionante habilidad, ha rechazado al club más rico del mundo y un salario que, según medios, nunca antes se vieron en el fútbol.

El City tiene una versión ligeramente diferente a la del jugador y su club, pues afirma que nunca tuvo la oportunidad de hacerle una oferta, pero que el brasileño de 26 años podría haber exigido cambiar de club si hubiera querido.

El City, adquirido el año pasado por el Abu Dhabi United Group, le ofrecía mayor prosperidad, pero no pudo asegurarle lo que más ansía: trofeos y un vínculo profundo y personal con un club.

OFERTA RECORD

El City se encuentra en la undécima posición de la Premier y ha logrado escaso éxito en Inglaterra, y menos aún en Europa, desde la década de 1970. Kaká sabía que iba a tardar mucho tiempo llegar a entrar en la disputa por los títulos.

El Milan, que ganó su séptima Copa de Europa en 2007 gracias a la brillantez del brasileño, tenía entre sus manos una oferta récord, que según se ha publicado sería de alrededor de 110 millones de euros.

Kaká no está resentido con el club rojinegro por evaluar la oferta y darle la oportunidad de tomar la decisión final. En cambio, le ha devuelto toda la fe que demostraron en él en 2003 cuando se lo llevaron de Sao Paulo, siendo una joven promesa que aún no había probado gran cosa.

Algunos comentaristas han sugerido que toda la historia no ha sido más que un gran ardid publicitario del equipo italiano y de su dueño, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Pero no hay duda respecto a la emoción sentida por Kaká el sábado, cuando su equipo ganó 1-0 a la Fiorentina.

El estadio San Siro estaba lleno de pancartas pidiendo que se quedara y los aficionados entonaron canciones aclamando al brasileño, que en 2007 ganó el prestigioso Balón de Oro y el premio al Jugador del Año de la FIFA.

Manifestaciones de hinchas frente a las oficinas del AC Milan y de la casa de Kaká también le mostraron que difícilmente podría lograr establecer el mismo vínculo con los simpatizantes en otro lugar del mundo.

En su cabeza también pudo estar lo ocurrido a Andriy Shevchenko, que se fue del Milan para fichar por el Chelsea en 2006. El delantero ucraniano lo pasó muy mal en Inglaterra y volvió al club italiano siendo la mitad del jugador que era.

La temporada pasada, el Milan terminó quinto en la Serie A y no pudo acceder a la Liga de Campeones. Pero Kaká, que en febrero de 2008 firmó un nuevo contrato hasta 2013, ha dicho que se quedará mientras comparta los objetivos del club.

Si el Real Madrid o el Chelsea hubieran realizado una oferta similar a la del City, podría haberle dado una mayor consideración. El año pasado, el AC Milan reconoció que el padre y consejero de Kaká, Bosco Leite, había tenido conversaciones con el Madrid pero que no se había llegado a nada, y que el lunes su padre nuevamente fue clave en las conversaciones.

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