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Denzel Washington: "Nunca interpretaría a un tío que pega a su mujer"

BEGOÑA PIÑA

Denzel Washington daba mucho miedo en el papel de Alonzo Harris, el poli corrupto y salvaje de Los Ángeles (Training Day). Aquel trabajo le valió el Oscar al Mejor Actor (ya tenía el de Mejor Actor de Reparto por Glory). Era el año 2002 y desde entonces no dejaron de lloverle ofertas para interpretar a malvados. Ahora, doce años más tarde, vuelve a repetir con el director de aquella película, Antoine Fuqua, para ponerse en el otro lado e interpretar a un supuesto héroe justiciero (The Equalizer: El Protector). El problema es que su nuevo personaje, McCall ‘el Protector', un tipo ultraviolento que se mueve en una frontera en la que se funden justicia y venganza, puede no resultar ni tan héroe ni tan justo.

Cuando todo falla, cuando nada en el sistema funciona para proteger a los débiles, aparece McCall y su catálogo de formas de matar. Entonces ¿McCall es, en su opinión, un héroe o un villano?

Washington: 'Yo quiero ser como Edward G. Robinson o James Cagney cuando interpretaban a los gangsteres'No me gusta meter en categorías a los personajes, buenos o malos, porque todos tienen matices. Solo puedo decir que yo quiero ser como Edward G. Robinson o James Cagney cuando interpretaban a los gangsteres. Crecí viendo esas películas, las de James Cagney, y no me empujaron a salir a la calle a matar a nadie... Es lo que puedo decir. Y sí, somos una sociedad violenta. Siempre ha habido violencia.

Y la violencia de The Equalizer: El Protector cuando menos es ocurrente. El personaje, un tipo con un oscuro pasado, intenta huir de aquel y vivir en paz. Asalariado en una megaferretería, duerme poco, come de madrugada y lee mucho. Así hasta que un día conoce a una joven en manos de unos mafiosos rusos y entonces su sed de venganza se dispara y su talento para la lucha reaparece. McCall empieza a matar.

Inspirada en una serie de televisión de los años ochenta, la película de Antoine Fuqua se construye sobre una convicción que tal vez en EE.UU. esté más arraigada que en Europa, la de que a la mayoría le gustaría saber que hay alguien por ahí que acudirá en su ayuda si se le necesita. Y si la ayuda llega en forma de martillazos en la cabeza o de disparos con una pistola de clavos... no tiene más importancia. El hecho es que, como dice el director, 'hay un tipo que lleva a cabo heroicidades para la gente que más las necesita'.

'Lo que no haría nunca sería interpretar a un tío que pega a su mujer, para mí sería mucho más violento, nunca lo haría. Eso sí sería una muestra brutal de violencia -dice Washington-. The Equalizer: el Protector es lo que es, es una vía de escape'.

'La violencia es violencia con o sin sangre. Me cuesta ver violencia en el cine y que no sea real', explica el director, quien asegura que sus referencias para hacer este trabajo fueron Los siete samuráis, las películas de Sergio Leone y el cine clásico. Tan ‘clásico' como aquellas historias en las que los buenos eran los americanos, los malos eran los rusos y las víctimas, las mujeres.

'En el cine no hay nada nuevo, todo es clásico -dice-. Que la mujer sea la víctima no es mi opinión, es lo que estaba en el guion. Pero que quede claro, a mí también me disgusta que las mujeres sean las víctimas, aunque desafortunadamente es así. Por otro lado, los personajes femeninos con poder no era algo que se viera tanto en el cine clásico. Y creo que compartimos la repugnancia que suscita lo que hacen las mafias con las mujeres jóvenes'. 'Eso sí es realmente violento', añade Denzel Washington, convencido de que el público adorará al personaje de McCall, al fin y al cabo, ha nacido para librarnos de los malos.

Fuqua: 'Si yo sigo aquí es porque mis películas han dado dinero'Y más vale que, al menos, en Estados Unidos, este justiciero caiga en gracia porque aunque Denzel Washington es, sin duda, uno de los buenos, no debe olvidar que forma parte de la máquina que es Hollywood. 'En EE.UU. tendemos a tomar las cosas como desechables, a tirar lo viejo. Y eso pasa también con los actores, tenemos la sensación de que son de usar y tirar. ¿Dónde está Al Pacino, por ejemplo?' se pregunta Fuqua, que continúa: 'A Hollywood le gustan las películas que hacen dinero, y aunque en los setenta los directores trabajaban más como querían, Hollywood es un negocio. Así que uno tiene que hacer lo que tiene que hacer para después hacer lo que quiere, que es lo que ha pasado con Coppola, Scorsese...'

'Todo lo que no sea dinero da igual porque esta industria está basada en el dinero -concluye el actor-. Y si yo sigo aquí es porque mis películas han dado dinero, no es porque toque la semana de ser amable con Denzel Washington'.

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