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"El deseo de la corza" narra el miedo al cambio de una clase social

EFE

La periodista Teresa Maldonado narra en su primera novela, "El deseo de la corza", la evolución de las clases altas españolas al final del franquismo y deja ver el miedo al cambio y afán de permanecer de un grupo social que "traspasó indemne la frontera del nuevo siglo", en sus palabras.

Editada por Huerga y Fierro, la protagoniza un americano de origen modesto, Mark Clayton, que llega a España en el mítico 1968 y, gracias a algunos negocios, se integra en la alta clase burguesa que vive alegremente los estertores del régimen intentando conservar sus privilegios consolidados en la dictadura.

Diálogos ágiles, dibujo de paisajes que se van transformando en otras cosas con gran sensibilidad hacia el paso del tiempo, y sensualidad, son algunos aspectos elogiados en la presentación del libro, así como el acierto con que se describen rápidamente cantidad de personajes y mundos: la aristocracia terrateniente, los nuevos ricos, el proletariado, el campesinado, las monterías, la España profunda y mucho más.

Autora de uno de los primeros estudios sobre Pedro Almodóvar y del cortometraje "El crimen del Continental" seleccionado en el Festival de cine de mujeres del Ateneo feminista de Madrid, Maldonado fue redactora cultural en la agencia Efe y actualmente colabora en distintos medios.

Vive en Madrid y en una finca de la provincia de Salamanca, y ha publicado los ensayos "El campo en la obra de Cela", que editó la Biblioteca de temas manchegos y "La estética cinematográfica de los 80" (Universidad Complutense), traducido al italiano.

Escritora también del libro de relatos "Amor y coca-cola", califica de "costumbrista" esta primera novela que acaba con un final abierto porque -dice- "no hay que contarlo todo". En su opinión, sus páginas solo dan cuenta de una realidad, para que cada uno saque sus conclusiones.

Y sus lectores descubren una mirada distante a la clase social en la que ella vino al mundo y construyó su identidad.

"Ni tu eres consciente del alcance de esta obra", le dijo el historiador poeta y académico José Alcalá Zamora -descendiente a la vez del que fue presidente de la República española (Niceto Alcalá Zamora) y del militar sublevado Gonzalo Queipo de Llano-, cuando presentó el libro este mes en un castizo barrio madrileño.

Desde un balcón de un patio de vecinos donde se congregó una audiencia ilustrada, el catedrático que lleva en sus genes dos Españas calificó esta novela de "profundamente pesimista, amarga y podría decirse que de izquierdas".

Maldonado reivindicó que "es la obra de un periodista" que muestra que pertenecer a una clase social "no te hace ser estúpido o inteligente". Hay muchos personajes descritos y muy diversos mundos también.

En la finca 'El Robledal' el reparto de tareas, "como en las monarquías de origen divino, se regía por un orden jerárquico, nunca expresado verbalmente, pero que nadie hubiera osado cuestionar", describe Maldonado uno de los escenarios del tánatos y disfrute de esa clase social.

"Visto superficialmente -añade-, podría parecer que vivían aislados de la realidad en el microclima privilegiado de sus propiedades, si bien... No era exactamente que los acontecimientos no penetraran en la muralla invisible que protegía a sus habitantes del exterior, sino que, al traspasar las lindes de la finca, quedaban despojados de su capacidad dañina y subversiva", a salvo de las exigencias de la intemperie.

Aunque Mark Clayton en el fondo no deja de considerarse un advenedizo, asiste a los cambios políticos que se suceden y a la evolución de una clase a la que ha accedido con aparente facilidad.

Luego, un suceso en una cacería trunca su trayectoria y Clayton vive el desmoronamiento de su vida privada mientras la oligarquía que lo acogió se mantiene a flote.

La obra explora la ambivalencia del triunfo y presenta a un sector social que resulta clave para entender la reciente historia del país: gentes que asisten a la transición de la dictadura a la monarquía constitucional y se adaptan al nuevo tiempo manteniendo intacto su estatus.

Para estas personas, pese a todo -constata Maldonado trasluciendo su conflicto íntimo y con mirada sincera-, las cosas "no han cambiado tanto" en las tres décadas que dura la acción de la novela.

Getu Arteche

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