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Día grande en Gelsenkirchen con la visita del Barça

EFE

La ciudad alemana de Gelsenkirchen vivirá hoy una jornada histórica en lo deportivo, ya que su equipo de fútbol más representativo, el Schalke 04, disputará por segunda vez un partido de cuartos de final de la Liga de Campeones, esta vez contra el FC Barcelona.

El fútbol, para esta pequeña ciudad situada en el extremo norte de la cuenca del Ruhr (en la región de Renania del norte-Westfalia), con algo más de dos 200.000 habitantes, es poco menos que una religión, por la devoción que profesan al Schalke, que cuenta con unos 70.000 socios.

De esta forma, la visita del FC Barcelona se ha convertido en todo un acontecimiento para esta pequeña urbe industrial, con una imagen realmente sorprendente por el gran números de chimeneas, producto del sector ligado a la minería, un negocio en decadencia en la zona y que dota a la ciudad de un aspecto gris.

No obstante, este color choca con la modernidad que representa el nuevo estadio del Schalke, construido en las afueras de la ciudad, y catalogado con seis estrellas por la UEFA. Construido con motivo del mundial del 2006 de Alemania, el AusfSchalke, renombrado en Veltins Arena (nombre del patrocinador cervecero del club), es una espectacular obra de ingeniería que cuenta con dos elementos inusuales en los campos de fútbol: el césped es móvil y el estadio puede cubrirse para los 61.482 espectadores.

Así, la mayoría del tiempo, el césped es extraído por unos raíles fuera del recinto para que le dé el sol, y también con motivo de acontecimientos musicales y de otro orden.

La belleza arquitectónica que representa el AusfSchalke contrasta con una ciudad gris y, en parte, sumida en un momento delicado por su frágil economía, ya que de ser una potencia por su industria minera relacionada con el carbón, ésta ha entrado en crisis hasta el punto de registrarse un índice de paro cercano al 20% de la población activa.

La presión que existe en la zona para el cierre de las minas de carbón, debido a la contaminación, ha propiciado la entrada de un nuevo sector industrial, vinculado a la construcción de pantallas de células de energía solar, así como una planta de la empresa Opel, que han reactivado la economía, pero de manera insuficiente para evitar que el paro en la ciudad ascienda al 20%.

Por ello, el fútbol se ha convertido para sus habitantes en una válvula de escape cada quince días que hay partido de la 'Bundesliga' o, como sucede esta temporada, con la Liga de Campeones.

El Schalke 04, que recoge el nombre del barrio minero de Gelsenkirchen, cuenta con unas de las aficiones más apasionadas de Alemania, que llena religiosamente hasta el último asiento el nuevo flamante estadio. Pero igual que pasa con el FC Barcelona, el Schalke no puede satisfacer a todos sus socios, ya que los 70.000 asociados no caben en las 61.482 localidades del recinto, que quedan reducidas en ocho mil en partido internacionales.

En el encuentro de esta noche, sólo dos centenares de seguidores del FC Barcelona acompañarán a su equipo en Alemania, mientras que la semana que viene serán 5.000 los hinchas del Schalke que estarán con los suyos en el Camp Nou, después de que los viajes y entradas desapareciesen de las taquillas del Veltins Arena en pocos minutos.

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