La nueva mala, malísima, del remake de la serie ochentera de lagartos y ratones V ha cambiado el rojo por el gris, ha recortado su melena y ha maquillado sus formas para ser más sutil, sin embargo hay algo que mantiene: una marcada personalidad para liderar a los Visitantes y un plan para conseguir sus objetivos.

La actriz de origen brasileño Morena Baccarin (1979, Río de Janeiro, Brasil) da vida a la nueva Diana, que ahora se llama Anna, y, al igual que su predecesora, es la líder de unos alienígenas con piel de lagarto pero con apariencia humana que se presentan en la Tierra con un mensaje de paz, aunque esconden la intención de dominar el mundo.

Este plan es de las pocas cosas que ambas mujeres tienen en común, ya que hay 'muchas diferencias en su personalidad', según explicó ayer Baccarin a su paso por Madrid. 'Diana era muy mala, pero Anna es más sutil y manipuladora y creo que la que manipula es peor. La gran diferencia es que Anna es más cálida, casi como un político, y quiere que la gente la siga', afirmó la intérprete, a la que no le preocupan las comparaciones. 'Diana y la serie en los ochenta eran estupendas pero mi personaje es tan diferente que no tenemos suficiente en común como para compararnos', resaltó esta actriz que reside en Nueva York desde su infancia.

De segundo, ratón a la plancha

Una de las imágenes claves que marcaron a toda una generación de telespectadores, mostraba a la malvada Diana ingiriendo un ratón con una tranquilidad pasmosa. ¿Morena Baccarin probará ese exótico plato? 'Espero no tener que comer ningún ratón. Sí vamos a hacer un homenaje a la serie original, pero quizás de otra manera', señaló la intérprete, que confesó rememorar pocos detalles de la versión original que vio con su hermano en Brasil, aunque sí recuerda que estaba 'muerta de miedo'.

En la nueva versión de V, estrenada ya con éxito en Estados Unidos y que en España TNT preestrenará el 27 de diciembre y emitirá de forma regular a partir del 14 de enero, no sólo cambian los personajes, sino también el contexto político y social en el que se desarrolla la trama. 'Hemos actualizado la serie, porque en los ochenta había paralelismos con la guerra fría e incluso con la Alemania nazi, pero ahora tratamos problemas contemporáneos, como el terrorismo y el sistema sanitario', precisó.

En este nuevo entorno se reducirá la acción propia de la versión original, aunque para Baccarin 'la mejor violencia es la que se palpa pero no se ve', y se mantendrá una puerta abierta para el amor. 'Hay una dinámica muy interesante entre mi personaje y el periodista', avanzó Baccarin, que comparte con Ann su gusto por la perfección. 'Yo también soy muy organizada y metódica, pero espero que no tengamos más en común', concluyó.